A la derecha, de amarillo, el Cuartel del Fijo en la calle del Cuartel, en donde funcionó hasta 1963 el Liceo de BolÃvar. |
LICEO DE BOLÍVAR: EL BALLET DE LA CAMPANA
Por: Carlos Crismatt Mouthon
Quienes estudiábamos en el Liceo de Bolívar en Cartagena en el año 1963, asistimos al final de una de sus épocas más brillantes y recordadas. La razón es que ese fue el último año en que funcionó en el Cuartel del Fijo -la imponente construcción española situada en la esquina de la calle del Cuartel con la calle de La Merced-, e inició en 1964 su breve estancia en la Avenida Pedro de Heredia, calle de por medio con el estadio de béisbol Once de Noviembre.
La disciplina era el distintivo de los liceístas de esos tiempos. Y su máxima expresión era el 'Ballet de la Campana', en el que tanto estudiantes como profesores debíamos quedar totalmente inmóviles cuando sonara la campana del colegio. Fue famosa una caricatura -que inclusive fue publicada por los periódicos-, en la que se mostraba a la comunidad del Liceo Bolívar en total quietud y con los brazos y piernas en la misma posición en que estábamos cuando sonaba la campana.
Esta actitud fue cultivada por unos rectores excepcionales y acompañada por un cuerpo de docentes que aún son reconocidos por las nuevas generaciones de cartageneros, pues aún se publican en la prensa escritos de exalumnos que comparten con la comunidad estos recuerdos.
Los estudiantes del Liceo de Bolívar de la calle del Cuartel siempre hacemos honor a dos rectores. Uno es José Francisco Ospina, apodado 'El Cachifo', a quien se le reconocen sus calidades humanas y educativas. El otro es Antonio J. Valderrama, a quien los estudiantes llamábamos a sus espaldas 'El León de la Metro', en recuerdo del león rugiente del comienzo de las películas de esa empresa cinematográfica. La razón era la fuerte voz que manejaba, quizás más intimidante que el sonido de la campana, y su cara grande y seria que no permitía salirnos de la recta disciplina.
Rafael Vergara Támara fue el gobernador que construyó y entregó en 1963 la nueva sede del Liceo de Bolivar en la Avenida Pedro de Heredia |
En el año 1963 el entonces gobernador de Bolívar Rafael Vergara Támara impulsó la construcción de la nueva sede del Liceo Bolívar en la avenida Pedro de Heredia, y en noviembre del mismo año invitó a todos los alumnos a la fiesta de inauguración. Fue al profesor Valderrama como rector a quien le tocó hacer el traslado e iniciar labores allí en 1964.
Por otra parte, dentro del grupo de profesores de esos tiempos los bachilleres de 1963 recordamos los cordiales enfrentamientos entre Augusto Tinoco Pérez y Lisandro Romero Aguirre. El primero era abogado, nacido en Mompóx, siempre vestido de traje entero de lino blanco y corbata de color sólido, con un lenguaje elevado y reconocido por su excelente labor como magistrado, ya que al final de cada año colocaba un cartel en la puerta de su despacho en donde notificaba que no quedaba un solo proceso sin fallar. El segundo era cartagenero, espontáneo y de lenguaje coloquial, vecino del barrio de Torices, vestido también de traje entero, pero de colores, sin corbata y con camisas floridas, y era hermano del parlamentario Alfonso Romero Aguirre.
Para halagar al profesor Romero Aguirre le decíamos que era 'la ciencia y la pinta'. Para agradar al profesor Tinoco Pérez, bastaba con descalificar la manera de vestir del profesor Romero Aguirre.
También son objetos del recuerdo, profesores dedicados y destacados como Bertha Crismatt de González -primera y única rectora hasta su jubilación, del colegio Departamental de Bachillerato Femenino-, el químico Guillermo Puente -creador de la fórmula del famoso jabón Sanit K37-, Jesús María Ramos, el matemático Julio Moneris, Guillermo Truco, José 'Mesié' Egel -famoso por sus reportes atmosféricos para el béisbol profesional-, Moises Villanueva, Rafael Orozco, Rafael Romero, Santiago Carrasquilla, Simón Almanza y Simón Baena, entre otros que escapan a los recuerdos.
Los deportes tuvieron dos grandes aportes con Álvaro Paz y el campeón de atletismo Hernando Gutiérrez. Las artes teatrales tuvieron su mentor en el maestro Carlos Alíes, quien conjuntamente con estudiantes y profesores hacían presentaciones en el teatro del primer piso, con las ventanas hacia la calle de La Merced.
Como anécdota, se recuerda que un un rincón del tercer piso vivía el cuidador del colegio, y allí tenía instalada una cafetería para atender a estudiantes y profesores. Pero la nota destacada era el 'rojaspinilla', una torta con barras rojas y pardas que se hacía de panes viejos, y que era la versión liceísta del 'jartapobre' que se vendía en las tiendas de barrio. Para la escasa plata de los bolsillos estudiantiles, era obvio que la merienda en cada jornada era de 'rojaspinilla' con Kola Román.
El porqué de la alusión al exdictador no se recuerda bien, pero lo que sí es cierto es que los estudiantes de la Universidad de Cartagena y del Liceo de Bolívar fueron activistas de primera clase en las manifestaciones que hicieron posible su derrocamiento.
El Liceo de Bolívar tiene su antecedente en la Facultad de Bachillerato de la Universidad de Cartagena, nacida en 1944 y convertida luego en el colegio Departamental de Bachillerato. Después, mediante decreto 49 del 31 de enero de 1950 se crea el Liceo de Bolívar, con sede en el Cuartel del Fijo en la calle del Cuartel. Con esto queda liquidado el colegio Departamental de Bachillerato, y en ese mismo año de creación del Liceo de Bolívar se le da el grado de bachilleres a la primera promoción de alumnos provenientes de la Facultad de Bachillerato de la Universidad de Cartagena.
Su permanencia en la nueva sede de la avenida Pedro de Heredia demoró de 1964 a 1976, año en que se hizo un intercambio de local con el Colegio Departamental Femenino Nuestra Señora del Carmen, que ocupaba las antiguas instalaciones del Seminario Mayor de Cartagena, en el barrio Daniel Lemaitre.
La razón de ello fueron los continuos mítines de los estudiantes del Liceo Bolívar que bloqueaban la avenida Pedro de Heredia, la de mayor tráfico y la entrada principal a la ciudad, lo que motivó a las autoridades locales y nacionales a tomar tan drástica solución.
Desde el año 2003 cambió su nombre original por el de Institución Educativa Liceo de Bolívar, mediante la adición de las escuelas 7 de Agosto -del barrio del mismo nombre-, 11 de Noviembre -de Canapote- y San Vicente de Paúl -del barrio La Paz-. De esta manera quedó conformada por cuatro sedes, cuya principal es la del antiguo Liceo de Bolívar en el barrio Daniel Lemaitre.