Bienvenido a Cartagena de Indias

Carlos Crismatt Esquivia


Castillo San Felipe de Barajas, la obra cumbre en la vida de Carlos Crismatt Esquivia Esquivia.


Por: Carlos Crismatt Mouthon

EL HOMBRE


Carlos Modesto Crismatt Esquivia.

Fue el hombre que hizo el milagro de recuperar de las ruinas al Castillo San Felipe de Barajas, en un trabajo de relojero que le permitió rehacer con el esfuerzo de maestros de obra y trabajadores cartageneros cada uno de los baluartes, tendales, taludes, túneles y demás partes de la estructura militar, estrictamente ceñido a los planos originales de Don Antonio de Arévalo.

Los habitantes de principios del siglo XX vieron impasibles cómo se fueron desmoronando las piedras del Castillo, cómo las malezas y los árboles ocuparon su cima, cómo la joya de la corona española se fue convirtiendo en un basurero y como la propiedad de los terrenos pasó a manos de particulares.

Contra todo eso tuvo que luchar Carlos Crismatt Esquivia cuando ingresó a la Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena el 4 de diciembre de 1928, para hacer un trabajo callado pero eficiente que duró 38 años hasta 1966, cuando tuvo que retirarse por una afección cardíaca.

Su último acto público fue cuando recibió el 4 de Julio de 1968 "el diploma de Honor, en reconocimiento a su labor por la restauración del castillo San Felipe de Barajas, de esa ciudad de Cartagena de Indias" de manos de Don Juan Manuel Zapatero, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Amigos de los Castillos de España, de la que Carlos Crismatt Esquivia era miembro de honor.


Diploma de Honor a Carlos Modesto Crismatt Esquivia, en reconocimiento a su labor
por la restauración del castillo San Felipe de Barajas de Cartagena de Indias.

Palabras de Juan Manuel Zapatero en la
Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias.

Había recibido la nota de otorgamiento firmada por el Marqués de Sales y fechada en Madrid el 25 de Abril de 1968, pero con la salvedad de que oportunamente recibiría el título por la vía diplomática. Esto dio pie a una anécdota, ya que la cancillería colombiana objetó que un nacional no podía recibir un título que no tuviese en mayor nivel el presidente de la Nación, que en ese momento lo era Carlos Lleras Restrepo, lo que tuvo en suspenso durante un tiempo la entrega del diploma.

Pues bien, recibido el reparo colombiano por la Asociación Amigos de los Castillos de España, procedieron a dictar otra resolución para enmendar la plana. Y una vez notificada la cancillería del diploma respectivo para el presidente, se procedió a fijar entonces la fecha de entrega para el citado 4 de julio de 1968.

Esa fue la última vez que Carlos Crismatt Esquivia subió con paso lento la rampa del Castillo para recibir en lo alto del fortín militar el único reconocimiento que se le hizo en vida.

Unos meses antes, en febrero de 1968, Carlos Crismatt Esquivia había recibido la "Medalla Cívica de Cartagena" conjuntamente con el músico y compositor Adolfo Mejía, de manos del alcalde Gustavo Lemaitre Román.


Tomado de archivo digital de El Tiempo

Otra distinción se le hizo a finales de los años ochenta, cuando la Sociedad de Mejoras Públicas construyó en la batería de San Lázaro del Castillo San Felipe de Barajas el Centro de Audiovisuales e Investigaciones -CAVI-, y allí se albergó el teatro "Carlos Crismatt Esquivia".


El día de la inauguración del 'Teatro Carlos Crismatt Esquivia' en el Castillo San Felipe de Barajas se entregó una placa conmemorativa a la familia, que fue recibida por sus nietos Carlos Rafael e Iris María Crismatt Mouthon y Miguel Tous Crismatt. Hizo entrega de la placa Ricardo A. Lequerica Otero, Presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena de Indias, y quien es hijo del excoluminsta de El Universal Henrique Lequerica Martínez y nieto de Antonio Lequerica Gómez, quien fue presidente de la misma sociedad durante la labor restauradora de Carlos Crismatt Esquivia.


En la puerta de entrada del 'Teatro Carlos Crismatt Esquivia' en el Centro de Audiovisuales e Investigaciones -CAVI- del Castillo San Felipe de Barajas se colocó una placa conmemorativa. En dicha puerta aparecen en la foto sus nietos Carlos Rafael e Iris María Crismatt Mouthon con el presente entregado en la ceremonia inaugural por Ricardo A. Lequerica Otero, Presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena de Indias.


Plegable del Centro Audiovisual de Investigaciones CAVI y del Teatro Carlos Crismatt Esquivia, inaugurados el viernes 18 de diciembre de 1993.
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Tarjeta de invitación del Centro Audiovisual de Investigaciones CAVI y del Teatro Carlos Crismatt Esquivia el viernes 18 de diciembre de 1993.
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A finales de 2018 la artista cartagenera Ruby Rumié hizo el afiche del 'XII Cartagena Festival de Música 2018', con 25 retratos de personajes que señalaron un rumbo al destino del siglo XX en la ciudad, entre ellos a Carlos Crismatt Esquivia.


Afiche del 'XII Cartagena Festival de Música 2018'

SU VIDA Y SU FAMILIA

Nació el 24 de febrero de 1889 en Cartagena, en la Calle de Tumbamuertos del barrio de San Diego, y murió en su casa de la calle Bogotá de la misma ciudad el 20 de octubre de 1970 a los 81 años de edad.


Purificación Esquivia Martínez

Carlos Crismatt Álvarez

Su padre Carlos Crismatt Álvarez nació en Cartagena de Indias el 14 de mayo de 1853, hijo legítimo de Casiano Crismatt y Francisca Álvarez, y fue bautizado en la Parroquia de la Santísima Trinidad de Cartagena de Colombia el 12 de junio de 1853.

Recibió el grado de Capitán Efectivo de la Guardia Colombiana en noviembre 16 de 1885 por el presidente de la República de los Estados Unidos de Colombia doctor Rafael Nuñez y fue ascendido a Capitán Efectivo el 19 de noviembre de 1885 por el General Jefe del Estado Mayor General del Ejercito en operaciones sobre los Estados de la Costa, General Rafael Reyes. Fue Comandante en Colón, departamento de Panamá, y en 1887 se retiró del servicio militar.

Al regresar a Cartagena se dedicó al comercio y en el año de 1911, como concejal de Cartagena, participó en el Centenario de la Independencia. Murió en 1935.

Su madre fue Purificación Esquivia Martínez, estuvo dedicada exclusivamente a la crianza de sus nueve hijos, llamados Carlos, María, Juan Carlos, Cristóbal, Purificación, Armando, Rafael, Carmen y Bertha. De ellos, Purita, Rafael, Carmen y Bertha, murieron muy jóvenes. Además, su padre tuvo otros dos hijos antes del matrimonio.


Carlos Crismatt Esquivia

María Isabel Araújo Cowan

Por su parte, Carlos Crismatt Esquivia se casó con María Isabel Araújo Cowan y tuvieron 10 hijos: Carlos Dionisio, Ofelia, Bertha, Alfonso, Aida, Alfredo (murió de un año), Alfredo, Elida, Enrique y Wladimir.

Tuvo especial dedicación a la educación de sus hijos. Envió a Medellín a Carlos Dionisio -ingeniero agrónomo-, Alfonso -ingeniero agrónomo-, Enrique -arquitecto- y Wladimir -ingeniero químico-, todos ellos fallecidos a la fecha. El único varón sobreviviente es Alfredo, quien prestó su servicio militar en la Fuerza Aérea y luego se convirtió en piloto de Avianca en donde se jubiló.

Entre las hijas se recuerda a Bertha, quien fue normalista y profesora del colegio Liceo de Bolívar. Luego se le designó como primera rectora del colegio Femenino Nuestra Señora del Carmen, cargo que ejerció hasta su jubilación. Por su parte Ofelia se dedicó a la costura y Aida y Elida a las labores del hogar. De ellas solo vive Aida.


Familia Crismatt Araújo. De pie: Carlos, Enrique, Ofelia, Alonso, Bertha y Alfredo. Sentados: Wladimir, María Isabel Araújo, Carlos Crismatt Esquivia y Elida.

Carlos Crismatt Esquivia con su esposa Marí:a Isabel Araújo y sus hijos Enrique, Alfonso, Wladimir, Alfredo y Carlos Crismatt Araújo.
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SU TRABAJO

Por motivos de la Guerra Civil y su delicada salud por el asma que lo atacaba, sólo pudo estudiar hasta los 11 años de edad.



Empresa de transportes de Carlos Crismatt Esquivia en 1920.

Entonces, en la plena juventud de su vida trabajó como aprendiz en la imprenta de Don Domingo De la Espriella, siguiendo la misma línea de sus hermanos. Recordemos que su hermano Armando tuvo una imprenta hasta el fin de sus días en la calle Santander, que se conectaba con la de él -que estaba en la calle Bogotá- por el patio trasero.

Cuando tuvo la mayoría de edad ingresó a la Aduana de Cartagena, para posteriormente viajar a Panamá en 1919, en donde vivía su hermano mayor, para tratar el asma que lo acompañó hasta el final de sus días.

Al regreso en 1920 fundó la primera empresa de transporte urbano, con buses de la marca Dodge que les financió el agente de esa fábrica Don José Vicente Mogollón, su amigo personal, ya que se conocieron en el barrio de San Diego desde niños.

La creación de otras dos compañías para atender los pocos barrios de entonces hizo decaer el negocio y en 1925 dio por terminada su actividad transportadora local. Sin embargo, insistió con la carga en camiones hacia los municipios, especialmente de los más cercanos como Bayunca, Clemencia, Santa Catalina, Santa Rosa y Villanueva.

Vale destacar que también -al igual que su padre- fue Concejal de Cartagena en el período 1929 - 1931.

LA RESTAURACIÓN DEL CASTILLO


Estado del lote en que se contraba en 1920 el Castillo San Felipe de Barajas, llamado por las gentes el 'Cerro de San Felipe'. La zona calva en el centro de la zona de árboles muestra su estructura totalmente demolida.

Ya mudado a su casa de la calle Bogotá en Torices, vivió sus más fructíferos años dedicados a la restauración del Castillo San Felipe de Barajas y de otras importantes obras como El Pastelillo, Las Bóvedas, La Popa y demás bastiones de la ciudad.


Entorno del Castillo San Felipe de Barajas antes del proceso de restauración realizado por Carlos Crismatt Esquivia.

Como se dijo, el 4 de diciembre de 1928 inició labores en el Cerro de San Felipe -como llamaba la gente en ese entonces al Castillo San Felipe de Barajas-, que había perdido la mayor parte de su estructura, ya que los escombros fueron utilizados como material de relleno y el barro sacado para alfarería.

Una historia poco conocida es que no solamente se vendieron por orden del gobierno los cañones como hierro viejo, sino que por la autorización de rematar los bienes de la Nación ordenada por el presidente Murillo Toro el Castillo San Felipe de Barajas terminó de propiedad del señor Antonio B. Gulfo.

Como este era también propietario de una alfarería, se dio gusto sacando el barro de la entrañas del entonces llamado Cerro de San Felipe, hasta que por presión del periódico El Porvenir -de propiedad del presidente Nuñez- las autoridades locales iniciaron los trámites para su devolución.

Pero la historia tuvo un final positivo, ya que el señor Gulfo a pesar de señalar en un documento dirigido a las autoridades locales que la fortaleza estaba construida "dentro de los terrenos de mi propiedad", al final dice que "he resuelto ceder a título gratuito a favor de la Nación, todos y cualesquiera derechos por la compra de los terrenos del 'Espinal etc', pueda yo haber adquirido en el cerro que sirve de base al Castillo de San Felipe...".

Como labor anticipada a su tarea de restauración, Carlos Crismatt Esquivia se había dirigido a sus amigos congresistas Alberto Araújo Merlano, Arístides Paz Viera, Armando Zabaraín, Eduardo Lemaitre y José de los Santos Cabrera, entre otros, para conseguir su apoyo y hacerles partícipes de su sueño. Con este respaldo, fue más fácil conseguir los recursos para adelantar las obras de restauración.


Castillo San Felipe de Barajas a mediados del Siglo XX, cuando ya se había consolidado el proceso de restauración realizado por Carlos Crismatt Esquivia.

El amplio lote estaba enmontado y se había convertido además en basurero, tal como muestran las fotos de la época. Para iniciar los trabajos de restauración consiguió el permiso de las autoridades locales para utilizar a los presos próximos a cumplir su pena en la cárcel de San Diego para que debidamente vigilados trabajaran como obreros, con su salario correspondiente.

Su carácter detallista le permitió -sin ser arquitecto- estudiar los planos que le fueron enviados desde España, para entender los daños que había sufrido la obra, las restauraciones que debían realizarse y el tipo de material a usar, entre otras variables que tuvo que tener en cuenta para adelantar su trabajo.


Visitantes del Castillo San Felipe de Barajas a principios del Siglo XXI.

Tenía en su casa un pequeño estudio con una amplia mesa y una máquina de escribir, en donde podía desplegar los planos y observarlos con una lupa gigante, así como hacer sus informes pormenorizados a la junta directiva de la Sociedad de Mejoras Públicas.

Es importante hacer aquí un breve paréntesis para anotar que para esa época también había participado junto a otros vecinos en la Sociedad de Mejoras Publicas del barrio de Torices, de la cual fue nombrado su presidente en 1929.

Una revisión de su correspondencia permite ver la forma en que especificaba cada una de las tareas que realizaba. Es así como en su primer informe general sobre las obras del Castillo San Felipe fechado el 7 de febrero de 1929 -unos meses después de su ingreso a la Sociedad- relataba lo correspondiente al desmontado del lote con el destronque de unos dos mil árboles y los trabajos de albañilería.

Reportaba, además, lo realizado en la construcción de las vías de acceso y las rampas de subida al Castillo, lo mismo que los caños de desagüe y las instalaciones eléctricas. Ponía de presente la dificultad que había para llevar el agua con restricciones horarias desde el vecino parque Joaquín F. Velez, así como "de la piedra que se emplea, conseguida a golpes de cincel a 100 y 200 metros de distancia".

Otro frente de trabajo lo era la reconstrucción de seis minas -entre ellas la principal que da entrada a la circunvalación-, de 23 bóvedas estratégicas, del caño de desagüe principal, de la muralla que da acceso a la parte del aljibe, la limpieza del frente del baluarte y de la plazoleta, el repello de las bóvedas estratégicas y el relleno de las avenidas.

A pesar de su trabajo denodado y su total dedicación a la restauración de las fortificaciones y de otras obras como el convento de La Popa, no fueron pocas las tormentas mediáticas que tuvo que soportar por diversas causas.

Por ejemplo, en plena etapa de inicio de las restauraciones algunas personas irresponsables causaban daños al romper los cables eléctricos que utilizaban como cuerdas para escalar el cerro. Igualmente, las que más adelante se dedicaban a asustar a los visitantes apagando las luces de los túneles.

Obviamente estos desordenes eran conocidos por la opinión pública, que muchas veces quería endosarle a él tales culpas, lo que lo llevó en algunas oportunidades a presentar su renuncia al presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas -como la del 15 de marzo de 1929-, la que siempre fue rechazada.

Pero el más fuerte ventarrón se dio por la cesión de un tendal reconstruido en el Castillo de San Felipe para el funcionamiento del recordado Mesón del Pirata, un restaurante patrocinado por la Junta Cívica de Turismo.

El sábado 20 de abril de 1957 el periódico El Independiente -que había reemplazado a El Espectador durante la dictadura de Rojas Pinilla- se refirió a este restaurante como un "night-club-típico" y calificando el hecho como un irrespeto para la historia.

Se apoyaba en unas fotos del arquitecto Rafael Serrano Camargo, las que mostraban -en sus palabras- "quitasoles y mesas para servir viandas y licores, al lado de las garitas y de los oxidados cañones en una de los vetustos patios de este fuerte. Al lado se está construyendo un cobertizo, con bar al fondo y destinado al imperio del ron y del merecumbé".


El Mesón del Pirata en 1958. [Fototeca Histórica]

Ante esta andanada de El Independiente, la Alcaldía de Cartagena, la Junta de Turismo, el presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas Antonio Lequerica Gómez y por supuesto el restaurador Carlos Crismatt Esquivia, se dirigieron a Guillermo Cano, director del periódico, para mostrar su disgusto y protestar por las ofensivas apreciaciones, con lo que las aguas volvieron a su cauce. Incluso, el mismo Carlos Crismatt Esquivia tuvo que sustentar públicamente la validez de la restauración permanente de los 'tendales' del Castillo San Felipe de Barajas -uno de ellos utilizado para el Mesón del Pirata- que también fue objeto de las críticas del arquitecto Serrano Camargo, quien al final le dio la razón al empírico restaurador cartagenero.


Facsimil de la publicación original en El Universal de la carta del señor Rafael Serrano Camargo, sobre sus críticas a la instalación en el Castillo San Felipe de Barajas del Mesón del Pirata y la construcción de los tendales.

Sr.
Ernesto Carlos Martelo
Alcalde del Distrito
Presente...

... la obra de restauración de los "tendales" (son 3) se había dejado de las últimas. El estudio detenido, como siempre lo he hecho cuando se trata de restaurar una obra en el Castillo, me ha merecido el mayor cuidado para no incurrir en errores, pues esta ha sido una de mis mayores preocupaciones hasta el punto que algunas se encuentran paralizadas esperando conocer exactamente su forma original para la absoluta fidelidad en su reconstrucció,n.

Insisto ante el Dr. Serrano Camargo en probar que los cobertizos (tendales) no han tenido nunca el cará,cter de transitorios sino permanentes, construidos por el ingeniero Aré,valo, que fue el pitimo (sic) encargado para las fortificaciones del Fuerte de San Felipe. Basta examinar los pilares correspondientes a estos tendales a los baluartes de la Cruz y San Carlos y los Apó,stoles (son 6) en cada baluarte y miden 0.87 x 0.87 m. de ancho, por 2.40 m. de alto con bases de piedra labrada intermedias entre pilares para soportar los de madera. Estos tendales se encuentran distantes de los merlones y troneras, en la parte baja de esto y cerca de los almacenes de municiones (estos almacenes está,n marcado con la letra M ). De ahí, que tome fuerza en mi aseveració,n para decir que estos cobertizos eran para guarecerse del sol y de la lluvia los artilleros. Ademá,s, cuando ordenó, la movilizació,n de los escombros se encontraron grandes cantidades de tejas antiguas resquebradas, indicando que el techo en su estructura era de 4 aguas. Como el Dr. Serrano Camargo citó, en su ultima carta al ingeniero Salas, para demostrar el cará,cter transitorio que tení,a el tendal, me acojo al plano de Aré,valo del 5 de diciembre de 1778 que consta que fue construido un tendal con su altillo cubierto de tejas en el baluarte de "El Angel" situado al norte del canal de Bocachica (Fig. 170 pá,g. 301 del libro "Cartagena de Indias" del Dr. Marco Dorta). Si el doctor Serrano Camargo se hubiera dedicado a recorrer la fortaleza de San Felipe de Barajas se hubiera formado un juicio distinto al empleado en su crí,tica con respecto a la restauració,n del cobertizo. El sá,bado 20 del corriente pasé, una carta al Dr. Serrano a Bogotá, tomando la direcció,n que diera el Dr. Domingo Ló,pez Escauriaza para el caso de que en "El Universal" se tratara nuevamente sobre el mismo asunto. Dejo a juicio del Sr. Alcalde nombrar una comisió,n de ingenieros del Municipio que visite el Cerro de San Felipe de Barajas y le rinda informe sobre los puntos que trato en esta carta.

Del señor Alcalde,
Carlos Crismatt E.

Apartes de la carta de respuesta de Carlos Crismatt Esquivia a Rafael Serrano Camargo, dirigida al alcalde distrital Ernesto Carlos Martelo y publicada en El Universal. Abril 23 de 1957

OTRAS OBRAS IMPORTANTES

Hay que anotar finalmente, que si bien su obra cumbre y la que todos reconocen es la restauración del Castillo San Felipe de Barajas, su trabajo abarcó otros frentes no menos importantes y a los que ofreció la misma dedicación y empeño.

Por ejemplo, a partir de 1928 con el saneamiento urbano, inició la desocupación de los caseríos en la playa de El Pedregal hasta la muralla El Reducto, al igual que las casas que se encontraban alrededor de El Pastelillo, de Las Bóvedas, de la muralla de Santodomingo, de San Lucas, del Pedregal y las de San José.

A los que desocupaban, se le entregaban auxilios que habían sido gestionados para dicho saneamiento.


Puerta de 'El Boquetillo' en donde se ve al fondo una casa del barrio de invasión del mismo nombre.
Adosada a la puerta, en la parte interior, se observa otra casa. [Fototeca Histórica]

En la transcripción que hice del borrador de un informe (aproximadamente en 1936) durante la demolición de los barrios de invasión "Pekín", "Pueblo Nuevo" y "El Boquetillo" se lee lo siguiente:

Del 10 de Julio hasta la fecha, se han verificado 12 visitas por la Comisión encargada de fijar el auxilio a los propietarios de fincas en los barrios de "Pekin", "Pueblo Nuevo" y "El Boquetillo". La comisión ha empleado dos criterios rara fijar los mencionados auxilios, uno en cuanto al deterioro o mal estado de la finca de propietario pobre, y otro basándose en el avalúo catastral de la propiedad dada en arriendo, auxilio este último que se ha fijado dentro del 50% estipulado por la Sociedad de Mejoras Públicas y Junta Asesora.

Se ha auxiliado a muchos propietarios cuyas fincas no se encuentran incluidas en el catastro, pero mediante compromisos con la Alcaldía y la revisión o constatación de la propiedad por la Comisión, se ha respetado ese compromiso.

La demora en la demolición de las fincas, ha consistido en que la Sociedad de Mejoras ha dado a sus dueños el tiempo suficiente para construir sus casas en el barrio de Canapote, y de esa manera han gozado de verdadera comodidad en el traspaso de los materiales que en su mayoría han sido aprovechados salvo muy raras excepciones , pues bien sabido, que a muchos de los dueños de casas del barrio de "Pekin" no les ha alcanzado el dinero para terminar sus nuevas construcciones por lo exiguo del auxilio dada por la Sociedad de Mejoras. Bien merece que terminada la desocupación de los mencionados barrios, esta entidad haga algo en beneficio de esta gente pobre.

"PUEBLO NUEVO"

De las 75 casas que formaban este barrio (61 incluidas en el catastro y 14 no incluidas); se han demolido cincuenta y seis -56- (47 incluidas en el catastro y 9 no incluidas ); han recibido auxilio seis -6- (2 de las incluidas en el catastro y 4 de las no incluidas); faltando trece por fijar auxilio (12 que constan en el catastro y 1 que no consta).

Entre estas casas se encuentran las que corresponden a la sucesion del Sr. Mauricio Visbal, 1 propiedad del Sr. Manuel I Marin Z., dos propiedades del Sr. Francisco Zúñiga y del Dr. Rafael Méndez. Estas propiedades entrarán en un arreglo directo con la Junta de la Sociedad de Mejoras Públicas, pues la comisión se ha abstenido de fijar auxilio.

"PEKIN"

De las 58 casas construidas en este barrio (51 incluidas en el catastro y 7 no incluidas), se han demolido 53 (46 de las incluidas en el catastro y 7 no incluidas). Solo resta por quitar cinco que corresponden a los siguientes dueños: 1 de propiedad de la sucesión del Sr. Mauricio Visbal, 1 del Sr. Samuel Juliao N., 2 de propiedad de la señora Donaciana G de Moreno y un cuarto o pieza de la señora Aura Berrío.

"EL BOQUETILLO"

Hay 98 propietarios (71 casas incluidas en el catastro y 27 no incluidos) que hasta la fecha ha constatado la Comisión. Espérase practicar otra visita para poder dar los datos precisos del resto de propietarios, pues no le ha sido posible verificar otra, quizá la última, a la Comisión encargada de fijar los auxilios.


Barrios 'El Boquetillo', 'Pekín' y 'Pueblo Niuevo', entre el mar y la muralla, ocuparon la franja desde
el baluarte de Santo Domingo hasta el de Santa Catalina. [Fototeca Histórica]

A finales de de los años 50 escribió un informe que leyó en un programa radial y en donde hace un resumen de las actividades de la Sociedad de Mejoras Públicas en ese período de tiempo, el cual se reproduce a continuación:

Ha querido la Sociedad de Mejoras Públicas que como miembro de ella, sostenga una charla para el público por medio de la radio sobre los trabajos realizados por dicha entidad en los monumentos históricos. Aun cuando me considero el menos autorizado intelectualmente para ocupar esta posición, no la rehuyo por estar familiarizado con ellos.

Antes, permítaseme entrar en ciertas consideraciones sobre la fundación de esta entidad cívica:

El 28 de Noviembre del año de 1.923, se presentó el sr. Leopoldo Montejo como Delegado de la Sociedad de Embellecimiento de Bogotá para poner en manos del Alcalde Mayor de Cartagena, que lo era en ese entonces el Sr Rodrigo Sánchez, el mensaje de que era portador y por el cual aquella Sociedad excitaba al citado Alcalde a fomentar el establecimiento de una Sociedad análoga en esta ciudad. En ese mismo año se cambió y quedó fundada la sociedad de Mejoras públicas de Cartagena, adquiriendo Personería Jurídica por medio de la Resolución No. 73 de 1 de Junio del año de 1.925, perdiendo el carácter oficial o semioficial para convertirse en entidad privada.

Las actividades desarrolladas en la ciudad, con la creación de esta entidad cívica, acabó con la apatía reinante en esa época. Intensa fue la labor emprendida por la sociedad. De las obras cumplidas para el saneamiento urbano, cito la desocupación de los caseríos en la playa de EI Pedregal hasta la muralla de El Reducto; la desocupación de las casas alrededor de El Pastelillo, de las bóvedas de la muralla de Santodomingo, de bóvedas en la plaza del mismo nombre, las de la muralla de San Lucas, del Pedregal y las de San José, mediante auxilios dado a los desocupantes.

Se llevaron a cabo, en los años siguientes a 1.928, obras de gran importancia, como enchapar tramos de murallas en la de San Pedro Mártir, Reloj Público y Cuartel de Artillería, en las partes donde habían hecho cortes de murallas, empleándose la misma clase de piedras, no diferenciándose en lo mínimo de la obra antigua. En la de San Pedro Mártir, se construyó un muro para evitar que las corrientes en época de lluvia arrastraran cantidades de tierra que obstruyeran los caños de desagüe y por consiguiente causaran perjuicios a la ciudad, toda vez que el terreno es más alto.

En Castillo Grande se restauraron cobertizos y una caseta, obras estas que desaparecieron al volar el Polvorín establecido en aquel Fuerte. Con material de caracolejo se rellenó el antiguo caño que incomunicaba el Fuerte con Bocagrande, estableciéndose la comunicación por tierra con la ciudad.

En el Fuerte de Manzanillo se restauraron algunas paredes y se cubrió la casa que existía allí con techo de teja de barro cocido, no terminándose la restauración total por la razón de que en ese sitio era donde se pensaba colocar a la Sagrada Imagen de Nuestra Señora del Carmen, idea primera que tuvo la Junta Pro-Monumento a la Virgen para que se destacara en el mar. Hoy se encuentra colocada en el Fuerte de El Reducto. [Nota fuera del texto original: La inauguración de la estatua en su peana de El Reducto fue el 16 de julio de 1958]

Las murallas han sido atendidas en su conservación y arreglo en alguna de ellas; haciéndose imposible la extirpación de la planta llamada tumbapared, por la penetración de sus raíces en el pavimento, formando un acolchonamiento que solamente desaparecería levantando las placas antiguas para hacerlas de cemento.

Otras obras realizadas:

La avenida lateral de la carretera que conduce al pie de la Popa, partiendo del pie del Cerro hasta la casa de Dn. Vicente Martínez; la vía comprendida entre el Fuerte del Pastelillo hasta la Cervecería (Avenida Miramar); relleno del lago del Pastelillo, en donde se construyó el parque de Dn. Henrique L. Román; corte de la calle entre el edificio de la Aguada y el antiguo de reparaciones navales; calle de San Felipe (llamada de los perros); construcción del puente entre los barrios de Crespo y Canapote y relleno del terreno pantanoso para hacer el camino; construcción de El Balneario Cartagena; arreglo de la carretera entre Marbella y el Balneario (en la parte de Marbella se hizo una estacada que el mar destruyó años después); arreglo o corte que se hizo al antiguo albercón en el camino arriba con el objeto de ensanchar la vía; desocupación y arreglo de las bóvedas llamadas prisiones en el barrio de San Diego, mediante auxilio en dinero a los ocupantes.

De acuerdo con la ley 117 de 1.936 y Decreto reglamentario, relacionado con la Avenida Santander, que confirió a la sociedad de Mejoras Públicas, la ejecución de estas obras, la Administración y la facultad de ordenar los fondos nacionales correspondientes, asesorada por la junta creada por el Gobierno Central, de la cual hizo parte como Presidente el Alcalde; se procedió a la desocupación de los barrios de El Boquetillo (71 casas), Pekín (58 casas), Pueblo Nuevo (75 casas), auxiliando justamente a cada uno de los ocupantes pobres, quienes recibían a la vez escrituras de propiedad por solares en el barrio de Canapote como aporte del municipio, estando al frente de la Alcaldía Municipal Dn. Daniel Lemaitre. Terminada esta labor de higiene, que vino a resolver un problema de carácter social, se dio principio a los trabajos de la Avenida Santander, convirtiéndose este sector de la ciudad en un paseo agradable a orillas del mar.

Como iniciativas, tenemos el arreglo del Camellón de los Mártires en la Administración Bernett y Córdoba, mediante una cuota inicial que aportó la Sociedad de Mejoras de $600,00 para continuar la colecta en el comercio y particulares. (Esta obra indudablemente lo corresponde o la Administración Bernett). La Sociedad obsequió, para servicio del público varios escaños de mármol y varias farolas de manufactura francesa. De esto no ha quedado nada, o, si acaso, uno que otro escaño en el Paseo de los Mártires.

La Sociedad se interesó por la nomenclatura moderna de la ciudad, llevando los nombres antiguos de las calles; estas placas eran de mármol con clavos de bronce, financiado su valor con dineros colectados en el comercio.


Estado del Convento de La Popa en 1954.

Paso por alto los trabajos efectuados en el convento de la Popa por parecer a mi juicio, debe de ser tratado con mayor detenimiento, ya por los trabajos que se han efectuado allí como los que pudieran emprenderse en el futuro, sea de opinión su conservación o restauración.

Otra obra de importancia que mereció toda la atención del caso fue el Fuerte de El Pastelillo.

En el mes de Julio de 1.941 se le hizo entrega de este fuerte al Club de Pesca, se ordenaron hacer algunos trabajos de consideración; así puede decirse que fue la continuación de trabajos suspendidos o dejados de terminar por la Sociedad de Mejoras, pues es sabido que esta entidad realizó grandes obras en años anteriores, quizá de las más importantes que se hayan hecho, pues al igual de San Felipe, el Pastelillo se salvó de los socavamientos, por efectos del golpe de mar, como por el debilitamiento, en parte, de sus cimientos, era tan grave el estado de algunas aspilleras, que el agua pasaba a la plaza interior de la fortaleza, amenazando caer estas para el lado de la bahía.

De los trabajos efectuados menciono los siguientes: un muro dentro del agua para reforzar los cimientos alrededor de la fortaleza de 225,00 m. por 1,50 m. de ancho. Se repararon varias avenidas en una extensión de 108,00 m. de largo por 9.00 m. de ancho; una terraza saliente al mar 13 m. de largo por 8,00 m. de ancho; dos gradas de 17 m. de largo por 2,00 m. de ancho; una rampa de 25.00 m. de largo por 5.00 m. de ancho para el arribo de las embarcaciones. Se construyó un balcón sobre la bahía; se hicieron 92.00 m. de muros interiores. Cinco rampas de concreto con un área de 155.00 metros cuadrados. Arreglo del aljibe; hechuras de puertas y ventanas. Además de las obras de restauración hechas en el año de 1.886, que hubo necesidad de reparar nuevamente, tal como la casa, pisos etc.

Como ejemplo doy estos que bien podría darlos en las demás obras, mencionadas, pero resultaría extenso y fastidioso en esta charla que voy a terminar.

Agradezco la atención que se haya prestado a este informe y ofrezco para la próxima vez que haga uso de la radio, dar a conocer la obra general realizada en el Fuerte de San Felipe, sin omitir detalle alguno, ya que su importancia como estructura de alta ingeniería militar, ha exigido todos mis desvelos en la responsabilidad.


Entrada del Fuerte San Sebastián del Pastelillo, sede del Club de Pesca. [Fototeca Histórica - 1949]

RETIRO Y MUERTE

Después de 38 años de labores continuas, Carlos Crismatt Esquivia presentó en 1966 su carta de renuncia al presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas, Antonio Lequerica Gómez.

Señor
Presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas
Don Antonio Lequerica Gómez
Ciudad.

Estimado señor y amigo:
Presento a usted mi atento saludo y por su digno conducto a los miembros de la Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena; importante institución que vela por la defensa de nuestros monumentos históricos.
Comunico a usted que por prescripción médica estoy físicamente imposibilitado para continuar trabajando, lo que determina mi renuncia del cargo que he venido desempeñando en esa Sociedad desde hace treinta y ocho años. No es otra la razón, y tanto usted como los demás componentes de la Directiva bien pueden tener la seguridad que mi decisión obedece a mi precaria salud.
Agradezco a usted considerar mi renuncia y aceptarla, no sin antes expresarle mis agradecimientos por la demostración de aprecio que siempre hizo de mi modesta cooperación la entidad que preside con encomiable acierto.
Con sentimientos de consideración, soy de usted atento amigo y servidor,
[Fdo] Carlos Crismatt E

Y el día 20 de octubre de 1970 Carlos Crismatt Esquivia entregó su alma al creador.


Comentario sobre la muerte de Carlos Crismatt Esquivia en la edición de El Universal del 21 de octubre de 1970.

Con motivo del centenario del nacimiento de Carlos Crismatt Esquivia, Henrique Lequerica Martínez le dedicó se columna 'Mi preguntas es...' en la edición de El Universal del 24 de febrero 1989. El autor es hijo de Antonio Lequerica Gómez y papá de Ricardo A. Lequerica Otero, ambos presidentes de la Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena de Indias.


Columna 'Mi preguntas es...' en la edición de El Universal del 24 de febrero 1989.

MONOGRAFÍA DE NATALIA TOUS

Monografía de Carlos Modesto Crismatt Esquivia de la investigadora Natalia Tous Domínguez.

 

Cartagena de Indias, abril 28 de 2015
Actualización: Marzo de 2016

 


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