El gallinazo, golero o zopilote. |
LA DANZA DEL GALLINAZO
Por: Carlos Crismatt Mouthon
Para las Fiestas del 11 de Noviembre el barrio de Torices tenía una representación de lujo con la 'Danza del Gallinazo', que representaban los habitantes de la parte alta de la calle Jorge Isaacs -en las faldas de La Popa-.
Ellos decidieron encarnar a los personajes de una leyenda que contaba la historia de un burro viejo y flojo que hace la siesta, mientras que los gallinazos -creyendo que está muerto y previendo un buen festín- danzan a su alrededor. El perro ladra tratando de evitar la desgracia de su viejo amigo, pero al final suena un escopetazo y el cazador -aburrido por su edad y pereza- da muerte al burro.
Cada personaje lleva un disfraz que lo caracteriza. El del burro tiene una máscara que simula la cabeza del asno y un vestido pardo con cascos y cola. El perro tiene igualmente una careta y un vestido de color con manchas. Estos dos personajes deben actuar agachados.
Por su parte, el cazador tiene una escopeta hechiza de regadera y su vestido es de campesino con pantalón caqui, abarcas y sombrero de paja.
El grupo de gallinazos -llamados igualmente goleros o zopilotes-, tenían en esos tiempos de mitad del siglo XX unos disfraces muy originales, ya que consistían en caretas de malla metálica fina -como la de los mosquiteros- que simulaban los fuertes picos de los carroñeros, así como vestidos enterizos de manga larga, con alas entre los brazos, el pantalón estilo bombacho y medias altas de color negro o blanco.
El color de las caretas y los vestidos correspondía a los diferentes miembros del clan, que son: el 'rey de los gallinazos' con pico blanco, cresta roja y vestido negro; el 'alguacil' de color gris; las 'lauras' de color pardo y el resto de los gallinazos todo de color negro. A veces se ponían otros detalles en los disfraces, como líneas blancas en las alas y picos.
En el desarrollo de la comedia, acompañada de música de viento y de percusión, cada uno de los personajes recita unos versos que se han mantenido desde sus comienzos en los principios del siglo XX.
Son muy pegajosas las primeras palabras del 'rey gallinazo', quien tiene la prioridad al momento de comerse a la víctima: 'Soy rey de los reyes, pero a mucho honor, que nadie pica la presa sin que la pique yo...'.
Algunas veces incorporaban un 'pichón' de gallinazo, que como se sabe es de plumón blanco antes de salirle las plumas negras, tal como lo dicen en uno de sus versos: 'Yo sé que blanco nací, hoy es negro mi color. Tengo las patas largas, también soy buen volador'.