Las cajetillas blandas de cigarrillos fueron las primeras en usarse para pagar en los juegos. |
LAS CAJETILLAS DE CIGARRILLOS COMO DINERO
Por: Carlos Crismatt Mouthon
Esta nota no pretende fomentar el uso del cigarrillo, que de acuerdo con las autoridades sanitarias produce problemas graves de salud como cáncer, infarto del corazón y derrame cerebral. Se publica para dejar constancia de una de las costumbres de los habitantes de nuestra ciudad en la mitad del siglo XX. |
Hay que hacer claridad desde un principio que el uso de este tipo de dinero estaba reservado únicamente para el pago de apuestas en los juegos infantiles, ya fuera los de mesa como la lotería, el ludo o la pirinola, o de campo como la bolita de uñas o el trompo.
Y aunque parezca a primera vista una actividad arcaica y propia de mentes infantiles, en realidad fueron unos de los precursores de los nuevos medios de pago de los mundos virtuales que se crean hoy día en Internet.
Ronald Reagan, el exactor y expresidente de USA, fue figura central en la promoción de Chesterfield. |
Esto se podía hacer en Cartagena porque su ubicación de puerto internacional permitía el ingreso del mayor número de marcas de cigarrillos que se producían en el mundo occidental.
Las cajetillas se despegaban, se doblaban y se aplanaban hasta que tomaran la forma de los billetes, tras lo cual se organizaban en un fajo de acuerdo con su valor, el cual tenía relación directa con la cajetilla base que era la del tradicional cigarrillo 'Pielroja', de tabaco negro colombiano.
Había en el mercado nacional otros cigarrillos, pero en el gusto popular que consumía tabaco negro el 'Pielroja' era el preferido, y aunque se promovían otras marcas nacionales muy pronto desaparecían. En cuanto a los cigarrillos extranjeros, se tenía en cuenta su procedencia, el diseño de la cajetilla, el gusto entre los fumadores y otros juicios subjetivos, para darle unos puntos sobre el valor base.
La consecución de las cajetillas era a través de una red de reciclaje. Es obvio que el consumo de cigarrillos en la casa del jugador no daba para mucho. Por eso había que valerse de las tiendas de barrio que vendían cigarrillos al menudeo, en las que se pedía que la 'ñapa' por las compras se diera en las cajetillas vacías.
Lo mismo se negociaba con los 'chaceros' que vendían cigarrillos al menudeo en las entradas de los cines. También participaban los familiares y vecinos, que colaboraban así en la promoción de los juegos infantiles. E incluso había algunos jóvenes que hacían esa recolecta en otros sitios como los bares, para luego venderlas por algunas monedas a los pequeños jugadores.
Gary Cooper promueve el Lucky Strike de cajetilla verde de antes de la 2da. Guerra Mundial y la legendaria Hedy Lamarr lo hace con la blanca que conocemos hoy. | |
El rey del rock Elvis Presley era la imagen de Winston, mientras que el eterno vaquero John Wayne lo era de Camel. |
Hay que anotar que en esa época la mayoría de las cajetillas eran las de papel en que venían el 'Pielroja' y los cigarrillos rubios sin filtro como el 'Lucky Strike'. Cuando comenzaron a llegar las de cartón, algunos grupos de jugadores puristas no las aceptaban, mientras que otros las consideraban como si fueran dólares.
El 'Lucky Strike' era el más abundante de la lista, que se cotizaba en unos cinco 'Pielrojas'. Este cigarrillo, de tabaco rubio y sin filtro, era el preferido por los mejores fumadores de la ciudad. Se buscaba el que venía de Panamá, por ser los más frescos en el mercado. Tal era el control, que se apuntaban las series numéricas que traían las pacas de cigarrillos para exigir que fueran de los más recientes.
Un punto por encima de la cotización del 'Lucky Strike' estaban el 'Camel', el 'Philip Morris' y el 'Chesterfield', también de tabaco rubio y sin filtro. Este último tenía también gran popularidad porque muchos de los artistas de cine de Hollywood salían en sus propagandas -como Rita Hayworth, Glenn Ford, Bob Hope, Ronald Reagan y Gregory Peck-. A este grupo también pertenecían el 'Wiston', el 'Viceroy' y el 'Pall Mall', pero circulaban menos.
La cajetilla del 'Mapleton' era la más cotizada. |
Posteriormente llegó la moda de los cigarrillos con filtro, de los cuales el más apetecido fue el 'Marlboro', el de la publicidad del vaquero rudo arreando ganados y costaba diez 'Pielrojas'. Cerquita estaba el 'Kent', que era considerado 'señoritero' y por eso su cotización bajaba a nueve. Y el último en aparecer fue el 'L&M', que se recibía por ocho.
Después venían una serie de cigarrillos con filtro, pero mentolados, cuya insignia fue el 'Kool'. Aunque muy apetecido, tenía la mala fama de causar impotencia e infertilidad por el mentol que le aplicaban a sus filtros. Por eso, costaba apenas ocho 'Pielrojas'. Por debajo del anterior estaban el 'Salem' y el 'Newport', que apenas valían siete.
Un cigarrillo que se cotizó bastante fue el 'Parliament', que por su nombre sonoro italianizado, su fama -se decía que se vendía en todo el mundo- y su escasa cantidad en el mercado, llegó a valer hasta doce 'Pielrojas'.
Pero el que batió la marca de cotización fue el 'Mappleton', un cigarrillo que tenía la particularidad de tener un delicioso olor a chocolate, aunque muchos de los que lo fumaban decían que no lo sentían. Por esto, por lo diferente de su cajetilla y especialmente por su valor real, llegó a cotizarse hasta en quince 'Pielrojas'.
Es bueno señalar que el valor de cada marca de cigarrillos no era una cotización de fumadores expertos, sino de jugadores infantiles. Además, en cada barrio -y a veces en cada cuadra-, estos valores diferían y tenían que ser negociados entre los grupos de jugadores.
'Pielroja': Base |
Cuando alguien se presentaba con una cajetilla de cigarrillos que nadie conocía, entonces entre todos se ponían de acuerdo para establecerle un valor. De esta manera, después de cotizado podía circular sin restricciones en el grupo.
Dentro de los jugadores había también quienes coleccionaban las cajetillas de cigarrillos para colgarlas en la pared de su cuarto, junto a los banderines de los equipos deportivos, las gorras de béisbol y las fotos de las artistas de moda. Cuando ellos veían en las manos de otro jugador alguna cajetilla rara en buen estado, ofrecían un valor superior para hacer el cambio.
Las cajetillas de cigarrillos no eran el único medio de pago alterno, ya que los botones de las camisas y los pantalones -no había las cremalleras o 'zipper'- también entraban en este universo comercial. Y a veces sobrepasaban la órbita de su uso en los juegos infantiles, para también poder comprar trompos, bolitas de uña y barriletes, entre otros.