Bienvenido a Cartagena de Indias

Mi Cartagena de Indias


Alegría de millo, panela, coco y anís.

LA ALEGRÍA

Por: Carlos Crismatt Mouthon

Quizá el pregón más popular y recordado de Cartagena es aquel de 'alegría de coco y aní, caserita cómpreme a mí que vengo del barrio Getsemaní', que competía con el del vendedor de 'griegas' que decía 'es que no me oyen o es que no me ven' cuando la venta estaba mal.

Aquí vale la pena anotar que antes de que los 'gringos' nos descrestaran con sus 'popcorns' -las célebres crispetas o palomitas de maíz que se hacen al reventar el maíz pira-, ya las palenqueras tenían una larga historia haciendo estallar el millo -una especie de sorgo criollo del norte de Atlántico y Bolívar- para hacer las alegrías.

Este millo reventado se mezcla con una miel hecha con panela oscura cocinada con anís y tiritas de coco, para finalmente formar con las manos bolas del tamaño de las del béisbol. Su apariencia final es la de una esfera amarillenta moteada de color pardo en los puntos en los que sobresalen las tiritas quemadas del coco.

Al salir a venderlas, las palenqueras asombran a quienes las miran, ya que no se entiende como una mujer puede cargar y balancear sobre su cabeza una palangana bien grande cargada con dulces y frutas, sin que se caiga y sin que su portadora dé muestras de cansancio.

Uno de los trucos para esta exhibición gratuita de equilibrio es utilizar una toalla enrollada que se coloca entre la cabeza y la palangana, de tal manera que esta última encuentra una superficie más plana que impide el balanceo y además evita el roce directo del cráneo con el aluminio. Pero lo más impresionante es cuando las veteranas caminan rápidamente sin agarrar la palangana.

Después de la emancipación de los negros palenqueros de San Basilio, su primer destino fue Cartagena, en donde fundaron Chambacú. Los varones contribuyeron en obras como el ferrocarril de Calamar, mientras que las mujeres por su parte se dedicaron principalmente a la venta callejera de frutas y dulces en palanganas, y hasta de mondongo en las viejas latas del aceite vegetal sobre la cabeza.

Pero las palenqueras no se contentaron con este único destino, así que a través de los años fueron haciendo presencia en las capitales de la costa Caribe y algunas llegaron hasta Bogotá, Bucaramanga, Leticia y Pasto para preparar y vender la alegría -con el mismo pregón de 'alegría de coco y aní'- y los otros dulces como las cocadas y los caballitos, mientras los hombres se quedan para cuidar de la familia.

Volviendo al principio, en Cartagena la costumbre -tanto en la casa como en los sitios públicos- ha sido reventar el maíz pira con un poquito de mantequilla y sal para comerlo así, sin ninguna clase de preparación.

Lo que poco se sabe es que también se puede hacer una especie de alegría con las crispetas, que en otros países llaman palomitas acarameladas.

Basta con preparar una miel igual o similar a la reseñada, poner a reventar el maíz pira y luego hacer la mezcla. Se pueden usar moldes para darles diferentes formas, o simplemente dejar que la masa se enfríe un poco para consumirla.

No sobra advertir que el manejar tanto las palomitas de maíz como la miel calientes requiere de habilidad y cuidado, para evitar lesiones por quemaduras.

Finalmente, una advertencia. Las palenqueras sostienen que ellas tienen el secreto para hacer la miel en el punto exacto, sin que se queme o cambie de sabor. Así que quienes quieran hacer sus alegrías -con millo o con maíz-, lo hacen bajo su propia responsabilidad y riesgo.

 


      Cartagena de Indias Web © 2011
Diseño y Edición: Carlos Crismatt Mouthon
Web: www.cartagenadeindiasweb.com
Dirección alterna: cartagenadeindiasweb.tripod.com
E-mail: cartagenadeindiasweb@gmail.com
Políticas de uso
Cartagena de Indias - Colombia - América del Sur
Te informamos que
 This free script provided by JavaScript Kit