Por: Carlos Crismatt Mouthon
Resolución en nota de estilo con la que «ACORD Córdoba» y su presidente, Álvaro Díaz Arrieta, me otorgan la distinción «Vida y Obra de un Periodista Deportivo».
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PRESENTACIÓN
El jueves 21 de diciembre de 2017 recibí de ACORD -la Asociación Colombiana de Periodistas Deportivos- Seccional Córdoba, la distinción «Vida y Obra de un Periodista Deportivo», un reconocimiento personal que me fue entregado por mi labor en la radio de Montería en la segunda mitad de la década de los años 60 e inicio de los 70 del siglo pasado. Esto fue posible gracias a mi buen amigo Álvaro Díaz Arrieta y sus compañeros de junta directiva, con quienes contraje una deuda de gratitud eterna.
Para quienes no conocieron, o no recuerdan, esa parte de mi vida y se preguntan sobre la razón de tal reconocimiento, les hago este breve resumen que se centra más que todo en la historia de los medios en que estuve desde 1965 a 1973 y en los personajes con quienes tuve el orgullo y el honor de compartir. Haciendo énfasis en que para dichas calendas no existían las fotocopiadoras, ni los computadores personales, ni las tabletas, ni los celulares, ni mucho menos el Internet.
Carnets de Carlos Crismatt Mouthon en su actividad como periodista deportivo
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«LA VOZ DE MONTERÍA»
Ingresé formalmente al periodismo deportivo en 1965, cuando llegué a estudiar en la Universidad de Córdoba y tuve contacto con la emisora «La Voz de Montería» gracias a un programa institucional que le hacíamos a nuestra «alma máter» con mi amigo y compañero de estudios Jairo Petro Silva. Cada emisión la grabábamos previamente en un magnetófono de bobina abierta (popularmente conocido como grabadora de cinta) que nos facilitaban en la casa de la familia Farah, ubicada detrás de la catedral San Jerónimo y que tenía el nombre de «La Faraona».
En las visitas a la emisora para llevar la cinta y pasar el programa conocí a su director artístico Augusto Yépez Fernández, o «Peyé» como lo llamaban sus amigos, con quien coincidí alguna vez un sábado en un sitio llamado «Tosca» en la Avenida Primera de Montería, en donde se sellaban los formularios del concurso hípico del «5 y 6».
En la segunda planta de ese local también funcionaba «Emisoras Sinú» y de allí bajó el famoso beisbolista Julio Isidoro «Cobby» Florez (hizo parte del equipo colombiano ganador de la IX Serie Mundial de Béisbol Aficionado de 1947 en Cartagena), quien hacía allí un programa de radio y se unió a la conversación.
Al «Cobby» lo conocía desde Cartagena, ya que mi papá había sido fiscal de la ACOBE (Asociación Colombiana de Béisbol), y como antes habíamos hablado de mi afición a la hípica entonces le recomendó a Augusto Yépez que me pusiera a hablar de caballos en la «La Voz de Montería».
Histórica foto de personajes del béisbol en Córdoba en los años 60. De izq. a der.:
- Telmo Padilla, (con sotana) sacerdote y capellán del equipo de Córdoba.
- Antonio 'Manía' Torres, beisbolista y manager de Colombia.
- No identificado
- Julio Zakzuk, (con vestido entero y gorra) empresario y patrocinador del béisbol
- Toño Sánchez, periodista y narrador deportivo cartagenero residente en Montería, corresponsal de El Tiempo.
- Miguel Palacio Merlano, (con gorra) directivo.
- Marcos García Bustamente, (con gafas) Magistrado Tribunal de Córdoba y directivo.
- Luis Guzmán Dumett, (con gorra) periodista deportivo.
- Carlos Arturo Barrios del Risco, (con gafas y trofeo en mano) cartagenero gerente de Emisoras Sinú.
- Abogado Mogollón Sebá, directivo.
- Edgardo Mendoza, ingeniero, exalcalde de Montería, directivo
- Miguel H. Ruíz, directivo.
- Adolfo Berrocal, periodista.
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De esa reunión terminé comprometido a participar durante la semana como comentarista hípico en la sección local de la famosa «Cabalgata Deportiva Gillette». en la que a partir de la 1 de la tarde se hacían los primeros minutos a nivel nacional. Remataba el viernes con los pronósticos para los aficionados al «5 y 6» y los domingos retransmitía la señal desde Bogotá de cada una de las carreras válidas para el concurso. Esta actividad me valió el nombre de la «Biblia Hípica».
Y es que desde que apareció este sistema de apuestas yo era el encargado de buscarle a mi papá en Cartagena los formularios para el sellado, la hoja con el programa de los participantes en cada carrera y una revista llamada «La Meta» que traía la información completa sobre cada competidor (jinete, peso, color, prácticas y genealogía, entre otros). De esta manera me hice aficionado a este deporte de la hípica y coleccionaba todas las revistas que compraba y que me servían para repasar el historial de completo de los participantes en cada fin de semana.
*[Para quienes quieran conocer mi escrito sobre esa vieja historia de la hípica colombiana y el concurso del «5 y 6», les dejo este vínculo:
http://www.cartagenadeindiasweb.com/cartagena_notas_5y6.html]*
Al poco tiempo Germán Gómez Peláez, el fundador, dueño y director de la emisora, me invitó a participar en otro tipo de eventos deportivos como las competencias ciclísticas, que en esa época tuvieron como protagonistas a los cordobeses Enrique «La Pantera» Pereira y Enrique Aviléz. Igualmente, en la transmisión de la Feria Agropecuaria de Montería desde la antigua Plaza de Ferias. Y como buen «primíparo», hice mi curso de control pasando las cuñas, poniendo música y dando la hora,
En este período en «La Voz de Montería» me tocó alternar con otros importantes locutores del medio, como el profesor Luis Sossa Pantoja, dueño de una potente voz con la que leía el noticiero nocturno y que desapareció tempranamente en un accidente en moto; Gilberto Brú Pineda, que hacía programas en cabina y las narraciones de las corralejas; Germán Caballero Contreras, Julián Blanquicett Tordecilla, mi compañero Jairo Petro Silva y el propio Augusto Yépez Fernández, que conducía en las noches un programa de música romántica.
Recuerdo dos personajes de los controles. Uno era el «Pato» Gómez, hermano de Magola Gómez Pérez, la compañera de Germán Gómez Peláez. Y el otro Arnaldo Rodríguez Pastrana. Y también al señor Pereira, de Sincelejo, que era el técnico encargado del mantenimiento y reparación de los transmisores.
El programa insignia de la emisora lo presentaba el mismo Germán Gómez Peláez y se llamó en un principio «El Radio Club de los Monterienses», pero cuando se elevó la potencia en su antena y tuvo sintonía departamental cambió a «El Radio Club de los Cordobeses», que además de hacer las llamadas «complacencias», con saludos de los corresponsales para sus familiares, también prestaba servicios sociales para conseguir la atención de personas enfermas con médicos amigos de don Germán, que la mayoría de la veces incluía el respectivo tratamiento.
La popularidad que le dio el programa llevó a Germán Gómez Peláez a canalizarla en un proyecto político que bautizó como «La Piragua» y que al final le costó la vida cuando en 1973 fue secuestrado por la guerrilla del EPL en una de sus giras por el Alto Sinú.
Sobre el nombre de su movimiento, recordamos los que estábamos en esa época que antes de conocerse el éxito radial de la canción «La Piragua» del maestro José Barros, ya en los estudios de «La Voz de Montería» era famosa gracias a un locutor llamado J.J. Arregocés que llegó por estas tierras y con su guitarra la interpretaba a cada momento y eso motivó a don Germán a escoger su nombre.
Germán Gómez Peláez era un comunicador nato que arribó a Montería en una de sus correrías en una camioneta tipo bola con altoparlantes promoviendo la venta de productos veterinarios, entre ellos un purgante bovino llamado «Arsenipur». De allí surgió la idea de establecer un sitio en la carrera segunda, entre calles 27 y 28 para emitir por medio de altoparlantes mensajes y avisos. Las gentes no tardaron en bautizarlo como «Radio Arsenipur». Era lo que en Colombia le dicen «perifoneo» y cuya acepción no es registrada por la RAE.
Pero fue después, el 7 de agosto de 1962, en que fundó de verdad su propia emisora, «La Voz de Montería», la tercera en la ciudad capital, en su sede de la esquina de la carrera 3 con calle 25. Hay que decir que era también su tercera experiencia en la instalación de emisoras, ya que previamente había hecho el montaje de «Radio Sincelejo» de su propiedad y había asesorado a Abraham Pupo Villa con el de «Radio Cordobesa».
En su presentación «La Voz de Montería» comenzó a utilizar el eslogan «Pobrecito del Perú si se descubre el Sinú, frase célebre del Inca», haciendo referencia a Gómez Suárez de Figueroa, más conocido por su apodo de «Inca Garcilazo de la Vega», un cronista peruano del período colonial que escribió la obra «Comentarios Reales de los Incas». Con el tiempo se perdió esto de vista y ahora se hace referencia a «...frase célebre de un inca».
Hasta esa fecha para las transmisiones fuera del estudio era de uso corriente hacer un «remoto», que se establecía en un punto fijo a través de un par telefónico dedicado, la famosa «línea de 500», instalado para ese propósito por la empresa de teléfonos. No había retorno, así que el técnico usaba un radio sintonizado a la emisora y le pedía al control o locutor de turno que le informara si lo escuchaba. Si el control estaba solo, la clave era que si oía el remoto hiciera un corte de la señal de la emisora, pero si había un locutor se decía al aire si llegaba el sonido y cuál era su calidad.
Así que para innovar puso en alguna oportunidad en funcionamiento un equipo de banda ciudadana con la consola central en los estudios y varios «walkie-talkies», el transmisor-receptor portátil, en la misma frecuencia y que se utilizaron para hacer las primeras transmisiones en movimiento por las calles de la ciudad, ya fuese a pie o a bordo de un vehículo.
Con esos equipos portátiles, combinados con puestos fijos de control remoto, hicimos transmisiones de eventos ciclísticos, tanto locales como departamentales. Incluso hubo una competencia que partió de Montería y terminó en Sincelejo.
Mi última participación en «La Voz de Montería» fue muchos años después de esta etapa inicial, a finales de los años 90, cuando fui encargado por un breve tiempo de la oficina de prensa de Universidad de Córdoba y dirigí su programa institucional en esta emisora, pero esta vez localizada en el segundo piso del edificio de la esquina de la Cra. 2a con calle 29.
Al final «La Voz de Montería» estableció su sede en la Cra. 3a con calles 21 y 22.
Acto de inauguración de Emisoras Sinú, la primera emisora radial de Montería, con la presencia de su primer gerente Carlos Arturo Barrios del Risco -de corbatín- y los locutores Napoleón Perea Castro -vestido de blanco- y José Gabriel Montes -a su izquierda-.
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«EMISORAS SINÚ»
«Toño» Sánchez entrevista a Renato Capriles, director de la orquesta «Los Melódicos», acompañado del «Mono» Bonnet y Carlos Crismatt Mouthon.
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Con ocasión de la muerte de un hijo de Germán Gómez Peláez en Sincelejo, después del sepelio fui invitado por el locutor y periodista Antonio Sánchez Charry a regresar juntos a Montería en su Jeep Willys.
Entonces «Toño» Sánchez, como es más conocido, me preguntó si podía ayudarlo en la parte deportiva de «Emisoras Sinú», ya que tenía muchos compromisos con el noticiero, con el programa deportivo, con la corresponsalía de «El Tiempo» y con las ventas de la pauta publicitaria.
«Emisoras Sinú» fue fundada por el cartagenero Rafael Fuentes e hizo parte del «Circuito Radial ABC». Fue la primera estación radial de Montería y se inauguró el 18 de junio de 1955 en un local del Teatro Nariño en la carrera 4a. con calle 39, pero cuando yo llegué funcionaba en un segundo piso en la Avenida Primera entre calles 29 y 30.
Fue así como estuve en «Aquí los Deportes» de lunes a viernes, primero como colaborador y después como director. Y en las tardes de los fines de semana lo acompañaba en sus narraciones del béisbol en el estadio «18 de Junio», donde yo me encargaba de la pauta comercial y de los «numeritos» en tiempo real, lo que fue una innovación en esos tiempos.
Tarjetas utilizadas por Carlos Crismatt Mouthon para llevar actualizada la información de los turnos al bate de los jugadores de la Liga de Córdoba en los años 60.
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En tarjetas llevaba la compilación individual de cada jugador, de tal manera que cuando llegaba a la caja de bateo tenía la información actualizada de su «average», el promedio o porcentaje de bateo. Además compilaba todos los detalles de lo que habían hecho en el partido y acumulado durante el torneo. Para los promedios de bateo usaba una copia que hice de las tablas de un libro traído de Estados Unidos por Napoleón Perea Castro y que el usaba en sus transmisiones.
Tabla de average de bateo copiada de un libro traído de Estados Unidos por Napoleón Perea Castro.
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Uno de los mejores recuerdos fue la transmisión que hicimos del XIV Campeonato Nacional de Béisbol de 1967 en Cartagena, en donde Antioquia se llevó el campeonato al ganarle a Atlántico, que había ganado los tres torneos nacionales anteriores, en el partido final con el Estadio 11 de Noviembre lleno hasta las banderas. Los héroes del seleccionado antioqueño fueron el cartagenero José Miguel Corpas y el lanzador cordobés Luis el «Zurdo» Molina. Nos acompañaron en cabina el famoso locutor cartagenero Ausberto Reynoso y el dirigente beisbolero cordobés Miguel Palacio Merlano.
Los sábados en la mañana le colaboraba al «Cobby» Flórez en su programa «Lente Deportivo». Y eventualmente también me tocaba transmitir ciclismo pero con eventos de mayor categoría, como un torneo nacional que tuvo su congreso técnico en el Club Montería de la calle 21 y diversas competencias en las vías hacia Cereté y Planeta Rica, una de ellas con la participación de Martín Emilio «Cochise» Rodríguez.
Julio Isidoro «Cobby» Florez y «Toño» Sánchez en la cabina de radio del estadio de béisbol «18 de Junio» de Montería.
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Este período mío en «Emisoras Sinú» coincidió con el ascenso del púgil cordobés Enrique «Quique» Higgins, un fuerte pegador que llegó a pelear por una promocionada corona mundial de boxeo del peso pluma de la AMB al enfrentarse a Raúl Rojas el 28 de marzo de 1968 en Los Ángeles, California, combate que perdió por decisión pero que él siempre sostuvo que había ganado por paliza.
Enrique «Quique» Higgins entrena bajo las miradas de su padre Lorenzo Higgins, el «Mono Giña», y el cubano Sócrates Cruz antes del combate en 1968 con Raúl Rojas por el título mundial pluma vacante de la AMB.
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Los entrenadores del «Quique» Higgins para esa pelea fueron su propio padre Lorenzo Higgins, conocido como el «Mono Giña», y el cubano Sócrates Cruz a quien acusó de no ser honesto en su trabajo con él. Los detalles de esta pelea fueron retransmitidos por «Toño» Sánchez a través de «Emisoras Sinú».
Según la historia, Vicente Saldívar, el campeón pluma de la AMB, había dejado vacante el título después de su séptima defensa y se organizó la de Rojas vs Higgins para definir al nuevo campeón. Después, en su primera defensa, Rojas perdió el título ante el japonés Shozo Saijo por decisión unánime el 27 de septiembre de 1968.
En ese tiempo en que estuve en la emisora el gerente fue Augusto «Taquito» Méndez. Pero el primer gerente de «Emisoras Sinú» fue Carlos Arturo Barrios Del Risco, de extensa actividad radial, quien después sería designado también primer gerente de «Transmisora Río», la cuarta emisora de Montería, pero que murió sin posesionarse. Y el segundo gerente de «Emisoras Sinú» fue don Ernesto Méndez.
Allí también conocí a otros personajes de la radio en Córdoba, como José Higinio Rossi Grandett, quien aún trabaja en la radio en «La Voz de Montería», y aunque oficiaba de director artístico era en verdad el motor de la emisora.
También estaban Serafín Villalba Galarcio, quien animaba las funciones del radioteatro de la emisora y grababa los acetatos de las cuñas en Medellín, y Francisco Mendoza Agámez, un gran periodista integral de radio y prensa. Un refuerzo en la redacción de las noticias fue la llegada del «Coco» Paternina, enviado de «Emisoras Fuentes» en Cartagena.
Otro de los personajes de la emisora era el técnico el «Mono» Bonnet, quien emulando las transmisiones inalámbricas de «La Voz de Montería» también diseñó y puso en funcionamiento un equipo transmisor portátil que se podía llevar en un vehículo para hacer cubrimientos en movimiento o en zonas sin cobertura telefónica.
Antes de mi llegada habían pasado por los micrófonos de «Emisoras Sinú» algunos de los famosos locutores que estuvieron en la planta de «Emisoras Fuentes» en Cartagena como Napoleón Perea Castro, quien había sido el presentador en la ceremonia de inauguración de la emisora, Edgar Perea Arias y Ausberto Reynoso Salas.
>Copias de dos noticias deportivas de «El Tiempo» por Carlos Crismatt Mouthon.
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También recuerdo de mi temporada en «Emisoras Sinú» que «Toño» Sánchez era el corresponsal de El Tiempo y ante tantas ocupaciones diarias me convertí en su «partenaire» para el envío de las noticias deportivas. Primero aprendí a usar el «teletipo», un viejo aparato hoy en desuso que era una especie de aparato telegráfico pero con un teclado parecido al de una máquina de escribir y que permitía la transmisión y la recepción de mensajes escritos en caracteres alfabéticos.
Este teletipo estaba instalado en una oficina de una bomba de gasolina de la Avenida Primera entre calles 34 y 35, que le prestaba sus servicios a «El Tiempo». Se podía usar de dos maneras. Una en la que se digitaba en tiempo real todo el texto de las noticias y se enviaba por la línea telefónica, carácter por carácter, lo que consumía mucho tiempo de la conexión y generaba mayores costos. Y otra en la que previamente se «pregrababa» lo digitado mediante la perforación de una cinta de papel embobinada y luego al hacer la llamada a Bogotá simplemente se pasaba esta cinta por un lector de caracteres que los transmitía a mayor velocidad, haciendo más económica la cuenta.
De izq. a der. Carlos Crismatt Mouthon, «Toño» Sánchez Charry y «Toño» Sánchez Jr.
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Posteriormente también me solicitó que redactara las noticias deportivas y las enviara con mi nombre, de las que he encontrado dos recortes cuyas fotos comparto en esta nota.
A finales de 1968 me despedí transitoriamente de «Emisoras Sinú» para acompañar a «Pacho» Zubiría en «Transmisora Río» para la transmisión del XV Campeonato de Béisbol de 1968 en Montería, pero volví a mediados de 1969. Luego hice otra salida de 1970 a 1972 cuando me gradué y comencé a trabajar en la Universidad de Córdoba
Finalmente, cuando trabajaba en la campaña antiaftosa del ICA, como narraré más adelante, regresé a «Emisoras Sinú» por última vez para hacer un programa especializado en dicha campaña y el gerente era entonces Adelmo Jiménez, el famoso locutor cartagenero recordado por su personaje radial de «Ño Justo», con quien hicimos buenas tertulias de fines de semana.
No quiero despedir este aparte de mis recuerdos sin mencionar que «Emisoras Sinú» pasó a manos de la cadena «Todelar» con el nombre de «La Voz del Sinú», después fue comprada por el diario «El Meridiano de Córdoba» y se convirtió en «Meridiano Radio» para finalmente terminar propiedad de la «Universidad Pontificia Bolivariana» de Montería con el nombre de «Frecuencia Bolivariana».
«RADIO CORDOBESA»
Mi relación con «Radio Cordobesa» fue circunstancial, ya que fui contactado desde Cartagena por el periodista deportivo Esteban Páez, quien tenía el compromiso de hacer en Montería el programa «Voces del Deporte», así que llegamos al acuerdo de ser el codirector. De Cartagena recibía diariamente el material con las noticias y comentarios, que yo leía después de terminar «Aquí los Deportes» en «Emisoras Sinú».
El gremio de la radio en Montería era muy unido, así que en «Radio Cordobesa» tuve el honor de conocer y hacer amigos de la talla del maestro Vicente Robles, formador de locutores y periodistas; de los narradores deportivos Pedro «Peter» Nel Zapateiro y Carlos Cueto Chávez; de José Ramón Leal Torres, Ángel Romero Segura, Luis Robles y José Gabriel Montes, este último el locutor de un famoso programa llamado «Pincelazos».
Esta emisora fue la segunda en salir al aire en Montería el 9 de septiembre de 1955 y su propietario era Abraham Pupo Villa, quien contó con la asesoría de Germán Gómez Peláez para su montaje, quien ya tenía la experiencia con Radio Sincelejo, de propiedad de este último. «Radio Cordobesa» nació en la esquina de la Cra. 2a con calle 28 -en donde funcionó después la Clínica Central-, para luego instalarse en su local propio en el edificio de la carrera 3 con calle 30. Al final terminó siendo la básica de RCN y mudó sus estudios, primero a la calle 27 y finalmente al barrio de La Castellana.
«TRANSMISORA RÍO»
A finales de 1968 recibí la oferta de «Pacho» Zubiría para incorporarme a un equipo radial deportivo que estaba conformando en «Transmisora Río» con miras al XV Campeonato Nacional de Béisbol que se iba a desarrollar en diciembre de ese año en Montería. El narrador de la emisora era el recordado Carmelo Hernández Palencia, así que no lo dudé y acepté la oferta de llevar los numeritos y hacer los comerciales.
Además, creé y dirigí el programa «Instantáneas del Deporte» que se emitía en el horario del mediodía.
Debo resaltar que para ese XV Campeonato Nacional de Béisbol de 1968 vino Napoleón Perea Castro a ser la cabeza de la transmisión de «Caracol» en Montería, así que con Carmelo nos unimos al grupo, que también tenía a Jimmy Méndez como voz comercial. Como lo he contado, Napoleón es parte de mi familia y fue él quien me llevaba de niño a «Emisoras Fuentes» en donde empecé a conocer el funcionamiento de una estación de radio en el inmenso edificio en la esquina de las calles de la Universidad y Sargento Mayor en Cartagena de Indias.
Napoleón Perea era el hombre de las estadísticas y su memoria privilegiada le permitía dar un récord sin equivocarse. En este campeonato de 1968 estuvo pendiente de las actuaciones de Alcibíades Jaramillo, el lanzador estrella del seleccionado de Bolívar que resultó campeón, quien durante el torneo lanzó cinco juegos sin recibir carreras y acumuló en toda la temporada de ese año 122 entradas lanzadas pintando de ceros a los equipos contrarios.
[Como este pasado 25 de diciembre de 2017 se cumplieron 30 años de la muerte del gran Napoleón los invito a leer en el siguiente vínculo la pequeña biografía que escribí «In memorian» de sus 25 años de fallecido:
http://www.cartagenadeindiasweb.com/cartagena_napoleon_perea_castro.html]
Copia del libro de anotaciones del juego final entre Bolívar y Córdoba en el XV Campeonato Nacional de Béisbol de 1968 en Montería.
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Otro detalle es que fui designado como compilador oficial de ese Campeonato Nacional de Béisbol de 1968, de tal manera que «Caracol» y «Transmisora Río» tenían en cabina al responsable de los numeritos del torneo.
Como detalle anecdótico, después de trabajar a primera hora del día con el anotador oficial Brunal para actualizar los numeritos del torneo, me iba para la Universidad de Córdoba a «picar» las hojas de los «esténciles» con la información y luego hacer la impresión con el equipo de «mimeógrafo» cuyo uso me habían facilitado. Para los curiosos, el «mimeógrafo» era la fotocopiadora de ese tiempo y su función era pasar tinta a través de las partes perforadas de una hoja de «esténcil» y luego transferirla sobre una hoja en blanco para estampar las letras y los dibujos. Así que al mediodía ya los equipos y periodistas tenían la información.
«Transmisora Río» fue fundada por Enrique Emiliani Román y Julio Cantillo Nájera el 27 de abril de 1965 y se localizó en la esquina de la carrera 2 con calle 37, en donde permaneció unos 40 años.
Como señalé antes, fue nombrado como primer gerente Carlos Arturo Barrios Del Risco -veterano de la radio que ya había sido gerente de «Emisoras Sinú»-, pero una penosa enfermedad, que lo llevó a la tumba, impidió que se posesionara. En su reemplazo asumió Francisco «Pacho» Zubiría Roca , yerno de Julio Cantillo.
Allí también tuve la oportunidad de conocer y alternar con otros grandes valores de la radio en Montería. En la parte deportiva estuvo el magnífico periodista, narrador y escritor Antonio Navarro Santos, un gran amigo, más conocido por su seudónimo de «Tonasán», y en la parte de noticias, deportes y eventos estaba Luis «Lucho» Guzmán Dumett.
Siempre he recordado que allí fue donde conocí al periodista, escritor y folclorista Augusto Amador Soto, otro gran amigo, quien para esas fechas estaba orgulloso de haber recibido su carnet de locutor expedido por el entonces Ministerio de Comunicaciones.
Igualmente me viene a la mente el nombre de Ricardo Rossi Grandet, el primer control de «Transmisora Río» y hermano de José Higinio Rossi Grandet, que junto al primer gerente «Pacho» Zubiría estuvieron al frente de sus labores aproximadamente unos 40 años, el mismo tiempo en que la emisora funcionó en el edificio de la esquina de la carrera 2 con calle 37 de Montería.
Finalmente «Transmisora Río» perdió su nombre al pasar a ser la básica de «Caracol» en Montería y abandonó su vieja casa para irse también al barrio La Castellana.
«EL CORREO DEL SINÚ»
Para 1968 mi buen amigo Adolfo el «Fito» Berrocal Ruiz era el Jefe de Redacción de «El Correo del Sinú», un semanario fundado por Eugenio Giraldo, y tuve el honor de ser convocado para dirigir la página de deportes que tenía el nombre de «Correo Deportivo».
Además del acontecer social y político de la ciudad, recuerdo que la mayor atención en «El Correo del Sinú» la recibían unos perfiles que Adolfo hacía de los personajes famosos del momento, adornados con una fina mezcla de ironía y humor. Los lectores eran felices con su lectura, pero muchos de sus protagonistas no lo eran tanto con sus retratos escritos.
Fue una excelente experiencia en la prensa, ya que además tuve la oportunidad de comentar sobre otros tópicos, en especial sobre los acontecimientos de la Universidad de Córdoba en donde estudiaba. Todavía conservo unas viejas páginas de «El Correo del Sinú» y hoy comparto con ustedes una copia de página completa del «Correo Deportivo» de la primera edición del semanario.
Copia de la página de «Correo Deportivo» en la primera edición del semanario «Correo del Sinu» del 8 de septiembre de 1968.
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LA CAMPAÑA ANTIAFTOSA
Una vez terminados en 1969 mis estudios de Medicina Veterinaria y Zootecnia comencé a trabajar en la misma Universidad de Córdoba como profesor de fisiología animal, pero por la renuncia del Secretario de dicha facultad las directivas decidieron nombrarme en ese cargo. Luego, ante la vacancia del puesto de decano también estuve un largo tiempo en ese puesto en calidad de encargado.
Y cuando parecía que iba a permanecer largo tiempo en esas actividades administrativas y docentes, surgió el llamado del ICA (Instituto Colombiano Agropecuario) para enlistar dos veterinarios con experiencia en comunicaciones para iniciar en Córdoba la llamada Campaña de Control y Erradicación de la Fiebre Aftosa.
Mi amigo y colega Jairo Petro Silva y yo fuimos los seleccionados por el gerente de la Seccional No.2 del ICA, Jaime Vergara Vergara, quien había sido nuestro profesor en la facultad.
Diploma a Carlos Crismatt Mouthon del «I Curso Latinoamericano de Comunicación Social para Divulgadores de Campañas de Sanidad Animal» en 1972.
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En Bogotá, en la granja de Tibaitatá del ICA, cursamos en 1972 el «I Curso Latinoamericano de Comunicación Social para Divulgadores de Campañas de Sanidad Animal», con especial énfasis en el manejo de prensa, radio, televisión y piezas publicitarias.
Al llegar a Montería regresé a la radio en 1973 en una sección especializada dentro del radio periódico de «Toño» Sánchez en «Emisoras Sinú», el de mayor sintonía en esos tiempos, para comunicar los avances de la campaña antiaftosa y educar a los ganaderos en el manejo de la enfermedad mediante la vacunación.
En 1974 fui trasladado a Cartagena de Indias para iniciar en Bolívar la campaña antiaftosa, pero por múltiples problemas esta se postergó y estuve encargado en otros puestos de sanidad animal hasta que en 1975 fui nombrado asesor técnico en la Caja Agraria, entidad que en enero de 1987 me propuso regresar a Montería como gerente departamental de Córdoba.
Y fue en ese periodo de 1974 a 1986 en que hice radio con Napoleón Perea Castro y escribí de deportes u otras cosas en El Universal y El Diario de la Costa de Cartagena de Indias. Además, en ese año de 1974 me hice miembro de Cicrodeportes de Bolívar y de ACORD Colombia, cuando era presidente nacional David Cañón Cortés. Pero esta historia la contaré en otra ocasión.
Montería, diciembre 29 de 2017
RESUMEN HOJA DE VIDA PERIODÍSTICA
PRENSA
* Corresponsal deportivo del diario El Tiempo. 1967-1969
* Director de la página «Correo Deportivo» y columnista en el periódico «Correo del Sinú». Montería. 1968-1969
* Columnista del periódico «La Verdad». Montería. 1974
* Columnista del diario «El Universal». Cartagena. 1974-1978
* Director de la «Página Agropecuaria» del diario «El Universal». Cartagena. 1974-1978
* Director de la «Página Agropecuaria del periódico «Diario de la Costa». Cartagena. 1979-1980
* Redactor especializado en boxeo de la revista «Puños Mundiales». Cartagena. 1975-1978
* Autor de la columna «Conozca su Computador» de la página de informática del diario «El Meridiano de Córdoba». Montería. 1996-1999
* Autor de la columna «Conozca su Computador» de la página editorial del diario «El Universal». Montería. 2001 - 2012
RADIO
* Comentarista de la «Cabalgata Deportiva Gillette» en la emisora «La Voz de Montería». 1965-1967
* Comentarista del programa «Aquí los Deportes&Raquo; de Toño Sánchez en «Emisoras Sinú» del Circuito Radial ABC. Montería. 1967
* Director del programa «Aquí los Deportes&lRaquo; en «Emisoras Sinú» del Circuito Radial ABC. Montería. 1968
* Comentarista del programa "Lente Deportivo" del Cobby Flórez en «Emisoras Sinú» del Circuito Radial ABC. Montería. 1967-1968
* Fundador y Director del programa «Instantáneas del Deporte» en «Transmisora Río» de Caracol. Montería. 1968-1969
* Codirector con Esteban Páez del programa «Voces del Deporte» en «Radio Cordobesa». Montería. 1969-1970
* Comentarista del programa «Deportes Caracol» de Napoleón Perea en «Radio Reloj&Raquo;. Cartagena. 1974-1986
* Director programa radial «Agenda de la Universidad de Córdoba» en «La Voz de Montería». 2000
© Carlos Crismatt Mouthon