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Historias


Se trata de un ejercicio de rescate de los escritos que he publicado en diferentes sitios Web, en las redes sociales, en periódicos, en revistas y en libros -que incluyen personajes, costumbres y hechos históricos- realizados desde la perspectiva de mi mirada personal y como una manera de abrir ventanas para que la nuevas generaciones aprendan del pasado de su familia, de su terruño, de su país y del mundo.

Boxeo: el boom colombiano

Bernardo Caraballo, sin llegar a ser monarca, su forma de pelear arrastraba multitudes. Es considerado por muchos como lo más grande que ha dado Colombia en el boxeo.
Mario Rossito "El maestro". Su carrera abarca cerca de 20 años y peleó con púgiles que lo superaban hasta en 10 kilos. Cuando salió al exterior con posibilidades de ganar el título universal ya estaba muy maltratado.

LATINOAMÉRICA EN LA CUMBRE

EL FENOMENO CARABALLO METIÓ A COLOMBIA EN EL BOXEO MUNDIAL
Rossito, Mochila, Higgins, Lian, Gastelbondo, Pambelé y Valdés, llenan el libro de oro de nuestro boxeo.

Por: Carlos Crismatt Mouthon
[Puños Mundiales. Año.1 No.9 Mayo de 1976. Cartagena. Colombia.]

Desde el momento en que escribimos nuestro artículo anterior, hasta hoy, Latinoamérica alcanzó la cifra de 16 campeones mundiales. Se sumaron los triunfos de Rigoberto Riascos, en la recién creada categoría supergallo, y de Esteban de Jesús sobre el campeón ligero del CMB "Agallas" Ishimatzu. De los 24 campeones actuales, solo quedan 8 para el resto del mundo.

Pero dentro de este apogeo del box latino, revisemos un poco lo tocante a Colombia para escudriñar también en las verdaderas causas de este "boom". Porque en realidad nunca estuvimos huérfanos de figuras capaces de aparecer en las marquesinas de los campeonatos del mundo.

DUNLOP, JERRY EL GRAN CALEÑO FIRPITO BOGOTANO, CEMPRÚN, HACEN PARTE DE NUESTRA PRIMERA HISTORIA

En la memorable noche del 28 de octubre del 1972, cuando Kid Pambelé dio la primera corona mundial a Colombia, Meporto en su transmisión radial lanzaba a los aires del mundo el recuerdo de nombres como Kid Chocolate, Víctor M. Cemprun, Firpito Bogotano, Jerry el Gran Caleño y Kid Dunlop, "La Maravilla Samaría", quienes hicieron la primera parte de nuestra historia boxística.

También el veterano Ripardo nos recordaba hace algunos años, en crónica sobre Rodrigo Valdés, la figura de Guillermo "Maciste" Puentes, un ligero que con sus condiciones pudo torcer el rumbo de la historia. Y en ocasiones, la evocación del nombre de King Kong, el Marino, trae a la mente la estampa de otro que pudo llegar.

Sin embargo, es en la década del 60 cuando más claramente se refleja la calidad de los pugilistas criollos a nivel internacional. Con la irrupción de ese fenómeno llamado Bernardo Caraballo, Colombia entra a ser parte del boxeo mundial. El infatigable Nat Fleischer incluyó por primera vez en el escalafón de su revista The Ring, en esa época quizás más influyente que los de las mismas rectoras de ese deporte, el nombre de Caraballo. Y, como dato histórico, con nacionalidad venezolana.

Antonio "Mochila" Herrera. Sus combates con Ismael Laguna causaron furor en todo el mundo. Ganó el primero y perdió el segundo, pero fue admirado por los panameños. En cada combate se entregaba a fondo. Peleó por el título con Raúl Rojas, perdiendo decisión.

Allí se inició el "boom" colombiano. Al año siguiente "Mochila" Herrera era colocado como 10º hombre de los plumas. Y Caraballo peleaba en 1964 por el título mundial gallo, en poder de Eder Jofre, aquí en Colombia. Yá éramos mayores de edad. Un año después "Morocho" Hernández hacía su primera defensa del título welter júnior en Maracaibo, ante el ya trajinado Mario Rossito, símbolo del coraje, el pundonor y la gallardía.

En 1967 Caraballo peleaba en Tokio por el título gallo, en poder de Masahiko 'Fajador" Harada. Y "Mochila" Herrera se ubicaba como primer retador entre los plumas del mundo, llegando a pelear con Raúl Rojas por la corona que reconocía a éste la comisión de California, en los Estados Unidos. En 1968 surge el nombre de Germán Castelbondo como 10º aspirante de los welter júnior en las carteleras de la AMB y The Ring. Luego en 1969 asciende al 4º lugar de la clasificación de The Ring, logrando una confrontación con el entonces titular Nicolino Loche.En esta pelea la corona no estuvo en juego y la decisión le fue adversa.

Mientras tanto Rodrigo Valdés, quien venía de ganar a Elías Lían y de empatar con Mario Rossito y Germán Gastelbondo, buscaba su figuración internacional. La consiguió en 1969, después de vencer a David "Toro" Meléndez, cuando la AMB lo reconoció como 4º mediano junior y el CMB lo colocaba de 10º en la misma división. Para ese entonces Enrique Higgins había conseguido una oportunidad por el título pluma, que la AMB ya reconocía a Raúl Rojas. En 1968 el des- conocido cordobés, que había vencido a los venezolanos Pedro Gómez y "Cochocho" Rengifo, perdió por decisión su lucha por el estrellato.

Dentro de ese grupo también destacaba Elías Lian, quien en sus inicios como profesional había logrado la hazaña de sacar un empate ante el arrollador Mario Rossito. Pero al igual que éste, el abuso en dispensar libras a sus contendores hizo que su carrera declinara.

Germán Gastelbondo, fue un batallador de los años 65, poseía una gran técnica, pero de poca pegada. Con más punch hubiera sido campeón mundial.
Enrique Higgins tuvo un momento de gloria cuando disputó el título a Raúl Rojas. Llegó a este combate con poca experiencia. En Venezuela fue sensación.
Elías Lian, también llamado "El Dinamitero". Nunca le dieron una oportunidad titular, por la poca dedicación al gimnasio, pero eso no obstó a Lian para llenar estadios y dar verdaderas peleas. Lian reunía todo, pero no aprovechó.

Cerró esta segunda etapa del box nacional Kid Pambelé. Con una mal creada fama de perdedor, sorprendió a los catedráticos en los años 70 y 71, cuando venció por nocaut a Rodolfo González y Enrique Jana, para luego hacer un intento fallido de arrebatar la corona a Nicolino Locche. Hasta ese momento la ilusión de obtener un fajín orbital no había cristalizado.

Viene entonces la era de los campeones mundiales para Colombia, con Kid Pambelé y Rodrigo Valdés, iniciándose esta etapa con el ocaso de Rossito, Gastelbondo, Higgins, Mochila, Lian y Caraballo, y el surgimiento de nuevos valores como Barraza, Pitalúa, La Cobra, Betrúz, Pinto, González, Durango, Pambelito y otros, a las puertas de pelear por un título mundial.

Y en esta era de los campeones colombianos, individualmente es más fácil que los pugilistas criollos ingresen al ranking mundial y consigan oportunidades para pelear por campeonatos del mundo. Ya es tan corriente hablar de la confrontación de Barraza ante Escalera, o de Pitalúa frente a Argüello, o de Pambelito con Riascos, que nos parece lo más normal del mundo. Pero, ¿acaso es que los púgiles de ahora son mejores que sus predecesores?

Sinceramente debe pensarse que con el fenómeno Caraballista, nuestros dirigentes y apoderados resolvieron meterse sin timideces ni complejos en el engranaje del boxeo mundial, a rescatar para el país el tiempo perdido. Y a fe que se ha conseguido colocarnos al mismo nivel de los demás, dando paso a ese poderío aletargado sin excusa alguna. Pero como en todas las luchas, los héroes olvidados de antaño sacrificaron sus esfuerzos para hacernos los privilegiados que gocemos de esta bella realidad.

 

© Carlos Crismatt Mouthon

 


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