EL CUENTO
Había una vez una ciudad costera llamada Cartagena de Indias abrigada por una de las bahías más seguras del mundo que, además, por la importancia de su tráfico comercial se convirtió en la joya de la Corona de España en América.
Fue fundada el 1° de junio de 1533 por Pedro de Heredia en una isla en donde ya existía un poblado indígena llamado "Calamar" [algunos historiadores reivindican los nombres de "Calamarí", "Kalamarí" y "Karmairí"].
Dicha isla estaba conformada por los terrenos de los actuales barrios del Centro y San Diego y la península de Icacos, lo que es hoy Bocagrande, Castillogrande y El Laguito.
EL CAÑO
Por el lado sur esta isla estaba separada de otra conformada por los terrenos del actual barrio de Getsemaní; y lo era por el caño de San Anastasio, que unía la bahía de las Ánimas con la ciénaga del Ahorcado [tambien se le menciona como "caño del Ahorcado" y "ciénaga de Juan Angola", que es hoy la llamada laguna de El Cabrero], atravesando la zona anegadiza de la actual urbanización de la matuna.
EL PRIMER PUENTE
De tal manera que había que instalar entonces un puente que sirviera de unión entre las dos islas mencionadas, las entonces dos partes de la ciudad, para el tráfico de personas y bestias.
De acuerdo con lo relatado por Enrique marco Dorta, en "Cartagena de Indias, Puerto y Plaza Fuerte", fue así como para 1539 ya se estaba construyendo un puente en madera por iniciativa del licenciado Santa Cruz, justificándolo porque era «cosa muy necesaria para la contratación desta tierra, porque esta cibdad está aislada con la mar y unas caletas della que la cercan y con esta puente ay entrada y salida a esta cibdad y para la contratación de la tierra y para llevar y traer ganado al pasto della».
En ese mismo año de 1939 el regidor Alonso de nontalbán demandó más fondos para la obra, en la que el Cabildo ya había gastado "más de mil quinientos castellanos".
Así mismo, marco Dorta señala que en su alabanza el deán materano le escribia al rey, el 30 de julio de 1554, "que hizo una puente massisa con dos ojos la cual era tan necesaria como el pan que acáse come". Al mismo le dieron el nombre de"San Francisco" poda cercanía del convento franciscano, que fue la primera edificación realizada en el posteriormente llamado arrabal de Getsemaní.
Este puente figura en un dibujo de la Plaza Real, hecho en 1571, que acompaña esta publicación.
LA MURALLA
Después de la toma del pirata inglés Sir Francis Drake a Cartagena de Indias en 1586, el rey Felipe III ordenó la construcción de una muralla de piedra, con sus respectivos baluartes, revellines, contrafuertes y fosos, que circunvalara el actualmente llamado "Centro Histórico",o"Centro Amurallado",queincluyetambién el barrio de San Diego; y cuyos trabajos se iniciaron el 8 de septiembre de 1614.
Esta monumental obra fue conducida en sus tramos iniciales por Bautista Antonelli; seguido por Cristóbal de Roda Antonelli, su sobrino, quien se encargó de fortificar la casi totalidad de la parte de la ciudad que limita con el mar Caribe.
LA PRIMERA BOCA
Una vez. construidos los telones de muralla y hecho el respectivo cerramiento en1.631., es decir 92 años despues de iniciar el puente sobre el caño de San Anastasio, se dió la orden de dejar en ella una "boca" o "puerta" en ese sitio, para permitir el cruce por el mencionado cuerpo de agua.
Así fue que en el punto en que hoy está la icónica "
Torre del Reloj",que es el símbolo mundial de la ciudad, se abrió inicialmente una primitiva puerta, sin adornos.Su ubicación era entonces entre el actual Baluarte de San Juan Bautista y el demolido Baluarte de San Pedro Apóstol; y estuvo en pie hasta que fue destruida por el ataque del corsario francés Jean-Bernard Louis de Saint-Jean, el "
Barón de Pointis",en mayode 1697.
LA PRIMERA TORRE
Después de este acción bélica de Pointis, se tomó la decisión de construir una nueva entrada diseñada por el ingeniero Juan de Herrera y Sotomayor, pero esta vez de acuerdo con los parámetros de la ingeniería militar.
Por ello, en 1704 se levantaron tres bóvedas en el lugar mencionado, de las que sirvieron las dos laterales para almacenar pertrechos y la central, que era la más alta, para hacer la puerta de acceso a la ciudad.
A esta bóveda central, con arco de medio punto, se le agregó una torre superior con dos ventanas laterales; y en la parte externa, hacia Getsemaní, también se le adosó una portada barroca flanqueada por dos columnas toscanas, coronadas por capiteles corintios.
Algunos autores han señalado que para esta fachada el ingeniero Juan de Herrera y Sotomayor se inspiró en el dibujo de la portada del libro "Teoría y Práctica de fortificación", madrid, 1598, del capitán e ingeniero Cristóbal de Rojas, la que se muestra en este trabajo en una composicion gráfica.
LA BOCA DEL PUENTE
De lo narrado hasta aquí es fácil deducir entonces el porqué se le dio el popular nombre de "Boca del Puente" a este lugar de acceso a la ciudad vieja.
LA SEGUNDA BOCA
En la bóveda izquierda, de las tres mencionadas arriba, se abrió en 1794 [otros autores señalan el año 1803] una segunda boca o puerta con el propósito de mejorar y regular el tráfico de personas, bestias y carretas.
EL SEGUNDO PUENTE
Tal como como se observa en la muy difundida foto estereoscópica de 1870 de la "Expedición Darien" de la Boca del Puente, la que comparto en esta publicación, una vez se abrió la puerta de la bóveda izquierda se instaló un segundo puente de madera; de lo que también dejaron testimonio escrito José P. urueta y Eduardo G. Piñeres en la publicación "Cartagena y sus Cercanías", en la que está anotado:
"Conocimos la primera parte de la ciudad unida a la segunda (Getsemaní), por dos puentes de madera, uno en cada una de las dos puertas de la Boca del Puente [la tercera se abrió ahora pocos años]...".
EL RELOJ DE DOS CARAS
A la torre cuadrangular de la bóveda central, creada por Juan de Herrera y Sotomayor en 1704, se le agregó posteriormente un reloj de dos caras traído de Estados unidos, se dice que fabricado por "E. Howard Co", mirando uno hacia el arrabal de Getsemaní y el otro hacia la actual Plaza de los Coches, como se puede detallar en la composición fotográfica que adjunto a este trabajo.
LA SEGUNDA TORRE
Algunos años después, en 1888, Luis Felipe Jaspe Franco realizó el diseño que conocemos hoy de la torre de estilo neogótico de dos cuerpos hexagonales superpuestos, el más grande en la parte inferior, con un reloj de cuatro caras y un nuevo chapitel.
EL RELOJ DE CUATRO CARAS
Este nuevo reloj, instalado en la segunda torre, la de jaspe, parece que fue un regalo del gobierno de Suiza confeccionado por la empresa "H. Moser &Cie" de esa nacionalidad; que está hecho en bronce con un diámetro de 1,5 metros y accionado por una máquina de cuerda manual.
LA TERCERA BOCA
La tercera de las bocas tuvo su apertura en el año 3.905, durante la alcaldía de Luis E. Román, la que fue nombrada "Puerta Balmaceda" por el apellido del cubano Francisco Javier de Balmaceda que era dueño de esa bóveda y la donó al municipio.
LA SALVÓ LA CAMPANA
En 1966 el experto español en fortificaciones Juan manad Zapatero fue invitado por varias entidades a realizar una visita a Cartagena de Indias para adelantar un reconocimiento técnico e histórico de las fortificaciones.
La visita se hizo en 1967 y al año siguiente, 1968, presentó el "Estudio Asesor", bajo cuyas premisas fue contratado para poner en práctica las obras de restauración, rehabilitación y recuperación artística de las fortificaciones de Cartagena de Indias.
Zapatero destaca en el estudio la torre primigenia realizada en la Boca del Puente por el ingeniero militar Juan de Herrera y Sotomayor en 1704 y la pone de ejemplo como "uno de los máslogra dos de la Escuela de Fortificación Hispanoamericana, y posiblemente uno de los mejor conservados en el Nuevo Mundo".
A pesar de lo anterior, también es crítico y señala, al referirse a los efectos de la torre de Luis Felipe Jaspe Franco de 1888 en la de Juan de Herrera y Sotomayor de 1704, "los destrozos que en su e stética y fábrica supone ese «cuerpo» neorromántico goticista, absurdo e incomprensible, que se levanta apoyado en la bóveda superior donde estuvo el reloj".
De tal manera que la recomendación de Zapatero era únicamente restaurar la torre levantada por Juan de Herrera y Sotomayor, de la que no se guarda elogios al reconocer "su bellísima fachada «postclasi cista», precursora inmediata de las que preconizarán los tratados de la Fortificación «academicista» o de la segunda mitad del siglo XVIII".
Esto significaba, ni más ni menos, que debía quitarse la torre neogótica de Luis Felipe Jaspe Franco.
Igual suerte propuso para el entonces aún presente monumento a la Bandera en el baluarte de San Ignacio; pero el resultado final fue que este último si fue demolido en 1968 y la Torre del Reloj salvó a última hora su pellejo, o, mejor, su torre neogótica, "para honra y prez de portugal" como diría el "Tuerto" Lopez.
EL NÚMERO «IIII» EN EL RELOJ DE LA TORRE
En el actual reloj de cuatro caras de la "Torre del Reloj" de Cartagena de Indias, se utiliza la numeración romana del "método aditivo" en el que el número «4» se representa como «IIII» al igual que se usó en monedas antiguas; y no como «IV» del "método sustractivo" [V-1=IV].
LA TERMINACIÓN DEL CORRALITO DE PIEDRA
Debieron pasar 182 años desde 1614, fecha del inicio de construcción de la muralla, para que en 1796 el ingeniero Antonio de Arévalo terminara las últimas obras y le agregara, como la guinda del pastel, las famosas "Bóvedas", que fueron concebidas como cuarteles a prueba de bombas para las tropas.
Según Juan José Nieto, en su "Geografia Histórica, Estadística y Local de la Provincia de Cartagena, República de la Nueva Granada, descrita por Cantones", las "murallas de piedra", con sus "veintisiete baluartes", costaron "cincuenta y nueve millones de pesos".
Cartagena de Indias, agosto 13 de 2023
