Bienvenido a Cartagena de Indias

Historias


Se trata de un ejercicio de rescate de los escritos que he publicado en diferentes sitios Web, en las redes sociales, en periódicos, en revistas y en libros -que incluyen personajes, costumbres y hechos históricos- realizados desde la perspectiva de mi mirada personal y como una manera de abrir ventanas para que la nuevas generaciones aprendan del pasado de su familia, de su terruño, de su país y del mundo.

En 241 Aniversario
RECUERDOS DE MONTERÍA EN LA MITAD DEL SIGLO XX
(PRIMERA PARTE)


Montería, muelle fluvial en la Avenida 20 de Julio (hoy Avenida Primera), entre calles 34 y 35.
Foto: Justo Manuel Tribiño

Por: Carlos Crismatt Mouthon

UN VISTAZO AL MUNDO

La mitad del Siglo XX, entre las décadas de los años 50s y 60s, dejó un sinnúmero de hechos y personajes históricos que marcaron en forma indeleble una época y un estilo de vida.

En América Latina, la república de Cuba fue epicentro de eventos muy recordados, como el triunfo de la revolución cubana liderada por Fidel Castro, el establecimiento de un régimen de izquierda prorruso y la crisis de los misiles. Éste último episodio se desató por la presencia de bases atómicas rusas en la isla, en momentos en que Nikita Kruschef estaba al frente de la Unión Soviética, y John Kennedy era el presidente de los Estados Unidos. La imagen más recordada de Nikita fue en las Naciones Unidas, cuando golpeó repetidamente el escritorio con su zapato.


A la izquierda, John Fitzgerald Kennedy. A la derecha Niikita Kruschef.

De esa revolución cubana nació uno de los grandes íconos de Latinoamérica, Ernesto "Che" Guevara. Su rostro, tomado de la foto captada por Alberto Korda el 5 de marzo de 1960, fue convertido a blanco y negro por el editor italiano Feltrinelli para hacer los carteles con la imagen que ha sido idealizada, y que desde entonces es colocada en los más diversos sitios y elementos de uso diario.


A la derecha la foto original tomada por Alberto Korda . A la izquierda la imagen en blanco y negro de Feltrinelli.

Era el momento de la moda "Hippie" y de los grandes conciertos en espacios libres, como el de Woodstock, el más famoso festival rock de la historia, con sus consignas de paz y amor libre. Los Beatles, el naciente cuarteto de Liverpool, era desde ya considerado el más importante grupo de rock, por encima del legendario Elvis Presley, otra de las figuras de la época.


Foto panorámica del Festival de Rock de Woodstock, el más recordado de la historia.

Pero también de momentos trágicos, como el asesinato de John Kennedy a manos de Lee Harvey Oswald, que a su vez fue baleado y muerto frente a las cámaras de televisión por Jack Ruby.


En la limusina presidencial viajan sonrientes, poco antes del asesinato, el presidente John Fitzgerald Kennedy, la primera dama Jackie Kennedy y el gobernador de Texas John Connally.

Kennedy despertó las simpatías por ser un joven carismático, que además fue el primer católico en ser presidente de los Estados Unidos e hizo la pareja del momento con Jacqueline Bouvier. Abrió las puertas a la América Latina con su programa "Alianza para el Progreso", en el que jóvenes voluntarios recorrieron nuestros países.


La familia del presidente John F. Kennedy después de su sepelio en el Cementerio Nacional de Arlingnton. En primer plano la viuda Jackie Kennedy y sus dos pequeños hijos, Carolina y JohnJohn.

Una de las fotografías más recordadas de este trágico episodio fue tomada en el Cementerio Nacional de Arlington, cuando el pequeño JohnJohn despide a su padre con la mano derecha en la frente, al estilo militar.


John Fitzgerald Kennedy Jr. [JohnJohn] saluda el féretro de su padre.

También se recuerda el aplastamiento, por los tanques rusos, del movimiento liberador de Checoeslovaquia, llamado "La Primavera de Praga".


Tripulación del Apolo XI. De izq a der: Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Buzz Aldrin.

El principio y el final de los sesenta fueron apoteósicos. El 12 de abril de 1961 Yuri Gagarin, en la cápsula rusa "Vostok-1", fue el primer hombre en salir al espacio. Y el 20 de julio de 1969 Neil Armstrong, el comandante de la nave norteamericana "Apollo 11", pisó la Luna y pronunció su famosa frase: "Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad". Los rusos llamaron a sus pilotos espaciales "cosmonautas" y los norteamericanos "astronautas".


Izq. Yuri Gagarin, el primer cosmonauta ruso. Der. Laika, la perra rusa que fue el primer ser vivo en el espacio.

Antes, en octubre de 1957 los soviéticos habían lanzado al espacio su nave "Sputnik", iniciando la carrera espacial antes que los Estados Unidos. Y el 3 de noviembre 1957 lo hicieron con la "Sputnik 2", la primera nave tripulada enviada al espacio, que llevaba a Laika, la famosa perra rusa.

El curso de "Tensión Dinámica" de Charles Atlas fue la esperanza de los alfeñiques de todo el mundo. Era el final feliz de la historia de Angelo Siciliano, un joven italiano que llegó a Norteamérica y a los 16 años recibió una paliza de un fortachón en una playa para quitarle la novia. Eso lo animó a crearse un cuerpo fuerte con el método que lo hace el león en la naturaleza. Su nuevo nombre lo adoptó de la combinación de Charles Lindbergh, el famoso aviador que cruzó el Atlántico en el Espíritu de San Luis, y Atlas, el héroe de la mitología griega. Su curso se vendía por correo, a 30 dólares las 12 lecciones.

América Latina estaba conmovida por una película española que marcó historia en 1954. Se trataba de "Marcelino, Pan y Vino", del director Ladislao Vadja, en donde Pablito Calvo interpreta un niño que vive en un convento y se comunica con un Cristo Crucificado que está guardado en uno de sus cuartos.

En 1952 también se siente la muerte de Eva Duarte de Perón, mejor conocida como Evita Perón, quien a los 33 años de edad es derrotada por la leucemia que sufre. La radio oficial dio así la noticia: "¡Nuestra líder espiritual ha muerto!". Se había convertido en la madrina de los "descamisados" de Argentina, quienes en largas filas lloraron su partida.


El general Gustavo Rojas Pinilla durante la primera emisión de la televisión colombiana el 13 de junio de 1954.

La televisión nació en Colombia el 13 de junio de 1954, y la primera imagen que apareció en la pantalla chica fue la del general Gustavo Rojas Pinilla, quien detentaba el poder luego del golpe de estado del 13 de junio de 1953. La señal de la primera emisión sólo llegó a Bogotá y Manizales, ciudades en las que el gobierno vendió televisores en blanco y negro con facilidades de pago.


Luz Marina Zuluaga
Miss Universo 1957

El 25 de julio de 1958 Colombia ganó por primera vez la corona del concurso Miss Universo con Luz Marina Zuluaga. La elección se hizo en Long Beach, California (Estados Unidos). Lo curioso del caso es que ella fue la Virreina en el Concurso Nacional de Belleza de Cartagema, y asistió porque la Reina, Doris Gil Santamaría, abdicó para casarse con Helmuth Bickenbach. Esta pareja fue asesinada por las FARC en 2005.

EL PORRO, LA MÚSICA SABANERA Y EL ROCK AND ROLL

El "Medio Siglo" tuvo en Córdoba grandes representantes de la música. La orquesta "Sonora Cordobesa" dejó una impronta en el concierto nacional e internacional, pues con varios de sus temas tuvo el honor de participar en los tres primeros volúmenes de "14 Cañonazos Bailables" de Discos Fuentes. En el Volúmen I de 1961, con San Carlos, El Ratón y El Pájaro Picón Picón. En el Volúmen II de 1963, con El Breu y No Me Molestes. Y en el Volúmen III de 1963, con La Sabrosa.

El maestro Francisco Zumaqué Nova con su orquesta "Macumberos del Sinú" impuso la "macumba", un nuevo ritmo mezcla de mapalé y cumbia. Posteriormente, su hijo Francisco Zumáqué Gómez, considerado uno de los 100 personajes de Colombia en el Siglo XX por el periódico El Tiempo, se inspiró en su padre para crear la "macumbia", un aire musical que combina la gaita y la cumbia.

En Ciénaga de Oro el músico Antolín Lenes con su Combo Orense traspasa la fronteras patrias con éxitos como "Sonia", "La Tabaquera" y "El Polvorete", los cuales fueron grabados por orquestas como la "Billo’s Caracas Boys" de Billo Frómeta y "Los Melódicos" de Renato Capriles.

El conjunto de "Pedro Laza y sus Pelayeros", nacido en los Estudios Fuentes de Cartagena, alegró las fiestas populares con melodías como "Avelina", "El Conejo" y el "Cariseco", entre otros.

Caso especial es el de los "Corraleros de Majagual", cuando la música era de "acordeón" y no se conocía el "vallenato", invento posterior. Era una fusión de instrumentos de las bandas de viento de Córdoba con el acordeón de los viejos maestros de las sabanas del Bolívar Grande [hoy Bolívar, Córdoba y Sucre]. Contaba con figuras de la talla de Alfredo Gutiérrez, Lizandro Meza, Calixto Ochoa, Cesar Castro, Chico Cervantes, Julio Herazo y Fruko [en ese entonces "Joselito"], entre otros.

Se recuerdan temas como "Paloma Guarumera", "Amor Viejo", "Mata de Caña" y "Festival en Guararé", interpretados por Alfredo Gutiérrez. Igualmente, "Pájaro Picón Picón, "La Burrita de Eliseo" y "La Mafafa", del "Rey del Trabalenguas" Eliseo Herrera. Y "Los Sabanales" en la interpretación de Calixto Ochoa.

Con los años sesentas llegaron de Estados Unidos el "Twist" y el "Rock and Roll". El primer "Rock" que pegó fue la versión de "Rock Around the Clock" de "Billy Haley and his Comets" [Bill Halley y sus Cometas]. Por su parte, el acordeonero Carlos Román, conocido como "Romancito", adaptó el ritmo norteamericano a su estilo y tuvo mucho éxito con "Very, Very Well", interpretada y vocalizada por él mismo.


Izq. Bill Haley quien con sus Cometas grabó el primer Rock and Roll. Der. Disco del sello Decca de 45 rpm, con Rock Around the Clock.

El caso de "Romancito" es otro punto más a favor de que el acordeón es un instrumento universal, para toda clase de música, y que la designación de "vallenato" sólo surgió a finales de los años 70s con el advenimiento del "Festival de la Leyenda Vallenata", que necesitaba un ritmo propio para justificarse.

LA AVENIDA PRIMERA Y EL TRANSPORTE FLUVIAL

La Avenida Primera de Montería ha tenido importantes cambios en el transcurso de la vida de la ciudad, entre otros el de su nombre.

Los primeros habitantes la conocieron por su apelativo más elemental, "Orillas del Río". Después, en un afán patriótico, fue bautizada como la "Avenida 20 de Julio". Y, finalmente, se le renombró como la "Avenida Primera" que hoy admira todo el país.

El Puerto

En una primera etapa, aproximadamente hasta 1952, la mayor actividad del transporte de carga y pasajeros se concentró en el río Sinú. Una parte se hacía entre las diferentes localidades apostadas en sus orillas, como Tierralta, Montería, San Pelayo, Cereté y Lorica. Pero el mayor comercio a través del río se hacía con la ciudad de Cartagena de Indias, principalmente por medio del puerto de Lorica.


El Puerto de Atraque, con cien metros de longitud, fue construido sobre la antigua albarrada de la Avenida 1a., entre calles 34 y 36, en el lugar más profundo del río, donde atracaban los barcos y lanchas. Obra del ingeniero monteriano Víctor Tribiño Herazo, hijo del fotógrafo Justo Manuel Tribiño, e inaugurada el 20 de julio de 1938. Se observan las bitas de atraque en perfecta alineación.


Bita del puerto de Montería. En marinería se llama "Noray" el poste para amarrar los barcos en los muelles y "Bita" cada uno de los postes situados cerca de la proa de los barcos. Pero la gente de los muelles prefiere llamar, por extensión, "Bita" al "Noray". Por otra parte, al "Noray" también se le llama "Bolardo" cuando lleva arriba un ensanchamiento de forma triangular].

El Puerto de Atraque, con cien metros de longitud, fue construido sobre la antigua albarrada de la Avenida 1a., entre calles 34 y 36, en el lugar más profundo del río, donde atracaban los barcos y lanchas. Obra del ingeniero monteriano Víctor Tribiño Herazo, hijo del fotógrafo Justo Manuel Tribiño, e inaugurada el 20 de julio de 1938. Allí se observan todavía las bitas de atraque en perfecta alineación.

El Puerto de Montería siempre ha estado localizado sobre la Avenida Primera, en el tramo entre las calles 34 y 36. Inicialmente era una albarrada sobre la parte más alta de la ciudad y en donde el río es más profundo. De esos tiempos queda el testimonio escrito de Luis Striffler, quien narra a su llegada a Montería en 1844 y cuenta que las orillas estaban completamente sembradas en naranjos.

"De Cereté nos trasladamos a Montería, último punto habitado. Este pueblo igualmente abrigado por una albarrada artificial, presenta una vista más pintoresca que los demás pueblos de la costa, que en general no se revelan al viajero más que por una aglomeración confusa de techos pajizos en que ninguna verdura alegra la pinta blanquizca o cenizosa. En Montería, a lo menos, cada casa se encuentra colocada a la sombra de un bosque de naranjos. Existen tantos de éstos últimos, que las frutas de ellos sólo abastecen el mercado de Cartagena. En el tiempo de la cosecha se ven grandes embarcaciones cargadas solamente de naranjas que llegan al Zapote para de allí ponerse a la vela y seguir la costa hasta Cartagena."


Un instantánea del Puerto de Montería, lograda a principios del Siglo XX por el fotógrafo Justo Manuel Tribiño. Por coincidencia, fue una obra del ingeniero monteriano Víctor Tribiño Herazo, hijo del anterior, y que fue inaugurada el 20 de julio de 1938. El nuevo muelle fue construido sobre la antigua albarrada de la Avenida 1a., entre calles 34 y 36, en el lugar más profundo del río, donde atracaban los barcos y lanchas.

El 20 de julio de 1938 se inauguró en el mismo lugar el nuevo puerto de atraque, un muelle en cemento con amplias escalinatas, construido por el ingeniero monteriano Víctor Tribiño Herazo, obra que aún permanece en nuestros días.

Hoy, el puerto fue remodelado y el río es surcado por pequeñas canoas de remos, por algunas lanchas ligeras de turismo y por los planchones que hacen el cruce diario de pasajeros entre los dos sectores de la ciudad.

De esos viejos tiempos, aún se recuerda la tragedia de la lancha Ciudad Bolívar -antes Montelíbano- que naufragó el 28 de septiembre de 1946 y en donde se ahogaron -entre otros- Fernando Corena Avilés, José Chaker y Everardo Cordero, con su esposa y dos hijos.

Posteriormente, con la apertura de la carretera Troncal de Occidente se abrió paso al transporte en camiones y buses, por lo que el río Sinú dejó de ser la arteria fluvial del pasado.


Avenida Veinte de Julio [Avenida 1a.]. De izquierda a derecha, Parque de las Cavalongas, kioscos o ambulantes, mercado público y planta de hielo, agua y luz. Se observa la vegetación que predominó a principios del Siglo XX.

La Vegetación

Después de los bosques de naranjos que narrara Luis Striffler, la vegetación fue sustituida por las gigantescas ceibas y bongas que se aprecian en las fotografías de principios del Siglo XX de Justo Manuel Tribiño.



Avenida Veinte de Julio [Avenida 1a]. A la izquierda kiosco de ventas de refrescos y otras bebidas. Se destaca la indumentaria de la época. A la derecha, un grupo de casas y una carreta de tracción animal por el centro de la Avenida sin pavimentar. Es típica la vegetación que siempre ha ornamentado la ribera del río Sinú.

De acuerdo con el testimonio de Jaime Exbrayat en su libro de Historia de Montería, al realizarse en 1953 la pavimentación de la Avenida Primera por la firma Explánicas de Medellín, se tumbó el Monumento a la Bandera, regalo del filántropo Jorge Ramírez Arjona, inaugurado el 20 de julio de 1938. Así mismo, desapareció el separador de la Avenida en dos carriles. Y en 1955 se tumbó la última de las añosas y corpulentas bongas que existían en la orilla del río, frente al mercado público.


Un espectáculo que congregaba gran cantidad de público en la Avenida 20 de Julio, hoy Avenida Primera, eran las famosas carreras de caballos. En la foto una de esas piquerias de principio de Siglo XX, alrededor de la famosa Bonga.

Un espectáculo que congregaba gran cantidad de público en la Avenida 20 de Julio, hoy Avenida Primera, eran las famosas carreras de caballos.

Desde ese tiempo hasta mediados de los años 60s, la ribera del río fue sembrada de altas palmeras. A pesar de su esbeltez, la falta de follaje de las palmeras hacía que la silueta de la Avenida Primera se viera raquítica, lo que además permitía la erosión por la fuerza de las corrientes del río Sinú.


Vista de la Avenida Primera, desde la márgen izquierda del río Sinú. Se observa que la arborización era con palmeras y que se comenzaban a construir los primeros edificios de la llamada Montería Moderna. Al extremo izquierdo -en primer plano- el edificio de la esquina de la calle 33, y detrás de éste -al fondo- el edificio del Palacio Nacional.

Quizás por eso se introdujo la guadua, una especie de bambú gigantesco americano que crece en matojos y que adornó a la Avenida Primera en toda su extensión, hasta que en 1969, el día de la Virgen del Carmen, un sueste -viento del sureste- derrumbó estos colosos que se elevaban hasta el cielo. Si bien la fibra de la guadua es comparada en resistencia al acero en la construcción de viviendas, sus raíces no se aferran lo suficiente al suelo para soportar los fuertes vientos que cada año arrasan los cultivos en el Sinú.

Si antes las centenarias bongas fueron tumbadas por la mano del hombre, esta vez los gigantescos guaduales habían caído por la fuerza de la naturaleza. Entonces, y hasta ahora, las bongas y otras especies nativas volvieron nuevamente a ser parte del paisaje.

EL INSTITUTO DE FOMENTO ALGODONERO - IFA

A finales de los años 40s se inició el cultivo del algodón en la zona. Para su asistencia técnica, desmote y venta, existía el Instituto de Fomento Algodonero -más conocido por sus siglas de "IFA"-, cuyas bodegas en Montería estaban situadas al lado de las antiguas instalaciones del "Hospital San Jerónimo". En Cereté, el IFA ocupaba los terrenos y edificaciones que hoy tiene Cereabastos. Al desaparecer el IFA a finales de los sesentas, pasaron a manos Instituto de Mercadeo Agropecuario IDEMA, también liquidado.


A mediados del 2005 fueron demolidas todas las instalaciones del IFA en Montería, para construir un centro comercial. Inicialmente pasaron al Idema, y luego a un grupo de reinsertados del EPL. Finalmente, desaparecieron las amplias bodegas, la báscula de pesaje y las viviendas, que durante más de 50 años hicieron parte del paisaje urbano.

A mediados del 2005 fueron demolidas todas las instalaciones del IFA en Montería, para construir un centro comercial. Inicialmente pasaron al Idema, y luego a un grupo de reinsertados del EPL. Finalmente, desaparecieron las amplias bodegas, la báscula de pesaje y las viviendas, que durante más de 50 años hicieron parte del paisaje urbano.

Por razones climatológicas, en Colombia hay dos zonas bien diferenciadas en el cultivo del algodón. En el interior del país, en los departamentos del Tolima y Huila, el algodón se siembra en el primer semestre del año. En los departamentos de la costa Caribe, la siembra se realiza entre septiembre y octubre, y se cosecha en la época de verano, en los meses de enero y febrero.

El Gerente General del IFA era Jorge Ortíz Méndez. El primer gerente en Montería fue José María Isaza, y su hijo Darío Isaza inició con él en Córdoba su carrera como administrador de las desmotadoras. Por su parte, los primeros agronómos del IFA llegados a Córdoba fueron Nemesio Barba, Carlos Crismatt Araújo, Francisco Palacios, Antonio Peñate e Idalides Manjarrés, quienes se encargaron de prestar la asistencia técnica a los algodoneros de la zona.

Estos profesionales eran rotados semestralmente entre las diferentes oficinas del país, y desempeñaban a la vez las labores de Gerentes locales del IFA, para manejar la venta de semillas e insumos, la clasificación de la fibra y la venta de la misma, entre otras funciones.

En la época de recolección del algodón, las bodegas del IFA en Montería y Cereté vivían una actividad febril, parecida a la que se pudo apreciar después en las desmotadoras de Mocarí y Cereté. El transporte de los sacos se hacía casi exclusivamente en zorras jaladas por tractores, ya que eran pocos los camiones dedicados al transporte local en esos tiempos.

A principios de los años 50s los servicios de agua y electricidad eran deficientes en Montería. El uso de pozos de tubos era común para la extracción del agua mediante bombas manuales.


A principios de los años 50s los servicios de agua y electricidad eran deficientes en Montería. El uso de pozos de tubos era común para la extracción del agua mediante bombas manuales.

La desmotadora de Montería no tenía servicio de energía, por lo que debía utilizar sus propias plantas diesel -de marca Lister- para generarla. Tampoco había agua corriente, por lo que debía ser extraída mediante bombas en pozos con tubos en la orilla del río, para ser almacenada en tanques elevados.

Para el desmote de la fibra, se utilizaban unos poderosos motores Buda, que gracias a los servicios del señor Bula -un técnico monteriano- siempre funcionaron a la perfección. La seguridad del predio estuvo en los primeros años a cargo del señor Zuluaga, el hermano mayor del boxeador Cipriano "Barbulito" Zuluaga.

En Córdoba los primeros cultivos de algodón los realizaron los doctores Manuel Antonio Buelvas Cabrales y Andrés Guerra Dickson, entre los años 1948 y 1949. Igualmente, el doctor Buelvas y el señor Carlos Dereix compraron las dos primeras recolectoras de algodón para tecnificar los cultivos. Posteriormente se sumaron otros cultivadores como Azael Negrete Babilonia, los hermanos Luis Miguel y Carlos Pardo García, Rosendo Garcés, César Navarro, Hernando García y el doctor Sarmiento, entre otros.

Historia del IFA

La industria textil de Colombia se desarrolló desde los primeros días del Siglo XX, pero el cultivo del algodón no creció a su mismo ritmo, dado que los bajos precios que ofrecía no eran atractivos para los cultivadores locales. Esto se daba, gracias a que los textileros podían importar la fibra en condiciones ampliamente favorables.

Pero el panorama cambió con la Segunda Guerra Mundial, que hizo difícil el abastecimiento de bienes e insumos para las empresas colombianas. Por ello, comenzó a vislumbrase un interés por la fibra local y se presentaron alternativas para atraer a los cultivadores. Una de estas iniciativas fue la creación en 1947 del Instituto de Fomento Algodonero -IFA- por parte de las fábricas de textiles de Antioquia.

Por otro lado, desde el inicio de su gobierno en 1946, el presidente Mariano Ospina Pérez había manifestado su deseo de contar con el apoyo de los industriales del área textil para fomentar el cultivo del algodón en Colombia.

Pero si bien los industriales antioqueños se le adelantaron al presidente Ospina con la creación del IFA, la situación cambio al llegar Pedro Castro Monsalvo al Ministerio de Agricultura en 1948. El primer paso fue hacer aprobar la Ley de absorción obligatoria de los productos nacionales por parte de la industria local.

Luego, el ministro Castro Monsalve modificó el IFA, mediante los decretos 2216 de 1948 y 319 de 1949, para convertirlo en una entidad pública con una junta directiva en donde participaran los tres sectores: cultivadores, textileros y gobierno.

A partir de allí, el IFA fue el Zar del algodón en Colombia. Promocionaba el cultivo en las diferentes regiones del país. Realizaba las investigaciones de campo para el mejoramiento del cultivo. Prestaba la asistencia técnica de los cultivos. Entregaba subsidios a los cultivadores de la fibra. Vendía la semilla y los insecticidas, importados de Estados Unidos.

También, elaboraba los costos de producción para que el gobierno nacional fijara los precios a través de decreto. Desmotaba la fibra en las diferentes plantas que tenía instaladas. Clasificaba la fibra para establecer su valor de compra. Y, finalmente, vendía el algodón en pacas a la empresa Diagonal.

La Distribuidora de Algodón Nacional -Diagonal- es una organización establecida por las firmas textileras para comprar el algodón y distribuirlo entre sus miembros, y era en esa época el único comprador interno de la fibra.

En el año de 1953 los cultivadores de algodón crearon su propia asociación, la Federación Nacional de Algodoneros -Federalgodón-, la que paulatinamente fue tomando las actividades que desarrollaba el IFA.

En 1968, mediante Decreto 2420 del 24 de septiembre, fue liquidado el IFA y las tareas de investigación pasaron al Instituto Colombiano Agropecuario -ICA- y las de desmote al Instituto de Mercadeo Agropecuario -IDEMA-.

En Colombia el despegue de la producción de algodonera tuvo su punto de partida en 1952, año en el cual la producción de fibra superó el tope de las 10.000 toneladas y las importaciones empezaron a bajar.

Entre 1950 y 1954 se habían sembrado en promedio 54.649 hectáreas anuales y se produjeron 13.596 toneladas anuales de fibra de algodón.

En el siguiente quinquenio, entre 1955 y 1959, se cultivaron 84.214 hectáreas anuales en promedio, para una producción promedio anual de 29.638 toneladas. Esto permitió que en 1959 Colombia exportara las primeras toneladas de la fibra.

EL BARRIO LA GRANJA

Al lado de las bodegas del Instituto de Fomento Algodonero -IFA- se encontraban las instalaciones de la Granja Experimental de Montería, manejada por la Secretaría de Agricultura del departamento y dedicada a la investigación y extensión agropecuarias. Allí se dio a conocer el ganado romosinuano, cuando la Granja estuvo bajo la dirección del médico veterinario Vicente Escobar Méndez, quien hizo su tesis de grado sobre esta raza.


Además, la Granja era puesto de monta, un servicio para los ganaderos que habían adoptado las administraciones departamentales, en que los sementales bovinos, equinos y asnales, cubrían a las hembras de esas especies que se le llevaban, para mejorar los hatos de la región. Los ejemplares que tenían mayor demanda eran los burros catalanes, unos asnos tan grandes como un caballo y capa de color rojo quemado, con el pelaje blanco en el vientre y alrededor de los ojos y el hocico.

En parte de esos terrenos se construyó por el desaparecido Instituto de Crédito Territorial -Inscredial- el populoso barrio que hoy lleva en su memoria el nombre de "La Granja". Lo que pocos recuerdan es que este barrio tuvo como principal promotor al abogado, escritor y periodista Rafael Yances Pinedo.


Iglesia Nuestra Señora de Fátima del barrio La Granja

La Historia

El inicio de los años 60s tuvo como primer capítulo la creación del barrio La Granja. El año anterior se había producido la primera invasión de tierras en Montería, que culminó con el nacimiento del barrio 14 de Julio, que fue bautizado en honor de la fecha de la toma: el 14 de julio de 1959.

El asunto no era insular. Hay que recordar que la década de los 60s fue una época de manifestaciones alrededor de todo el mundo, que lógicamente debía tener sus repercusiones aún en los más pequeños rincones de la geografía nacional.

Y a Rafael Yancés Pinedo, la pluma más crítica y sarcástica del Sinú, le tocó ser alcalde de Montería en 1960. Como ya existía desde 1940 el Instituto de Crédito Territorial -Inscredial ó ICT-, cuyo objetivo primordial era fomentar la construcción de viviendas para los trabajadores del campo y la edificación de viviendas urbanas para empleados y obreros, y acicateados por el intento exitoso de los invasores del "14 de Julio", crecieron las voces que pedían un techo para sus familias.


Esta era la Granja Experimental Agropecuaria de Montería en 1956..

En desarrollo de las conversaciones con la Gobernación de Córdoba y la Diócesis de Montería para tratar el delicado asunto, el alcalde Yancés lanzó la idea de ceder al ICT unas cuantas hectáreas de la Granja Experimental de Montería para que se construyeran allí las casas que las gentes necesitaban.

Esto se logró gracias al proyecto presentado en la Cámara por el representante Alfonso Sotomayor, que se convirtió en la Ley 104 de 1959, la que autorizó entregar al Instituto de Crédito Territorial un total de 44 hectáreas de la Granja Experimental.


A la izquierda, una de las últimas fotos de Rafael Yances Pinedo, lograda por Edgardo Puche Puche en el Asilo de Montería. A la derecha, el representante Alfonso Sotomayor, promotor de la Ley 104 de 1959.

Como epílogo de esta historia, los lotes fueron entregados a cada beneficiario a partir del 15 de mayo de 1960. El ICT aportó los planos, la dirección de las obras y los créditos en especie, representados en materiales para la construcción, para levantar las viviendas.

Y su nombre no podía ser otro que "La Granja".

Anota el escritor Edgardo Puche Puche en su libro Crónicas y Estampas de Montería, que como los servicios sanitarios de las casas colindantes coincidían en las esquinas de los lotes, el ingenio popular rebautizó el barrio como "Cagajunto", mote que fue utilizado durante algunos años.

JAVIER PEREIRA

Igualmente en la década de los años cincuentas, Córdoba presentó al mundo la imagen de Javier Pereira, considerado en ese momento como el hombre más viejo del mundo con 167 años de edad.

Recibido como un héroe en Bogotá, Caracas y Nueva York, su efigie fue colocada en 1956 en unas estampillas de 5 y 20 centavos del correo aéreo de Colombia. Comparte el honor de aparecer en una estampilla estando vivo con el expresidente Rafael Núñez, la exMiss Universo Luz Marina Zuluaga, el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y la exSeñorita Colombia Vanessa Alexandra Mendoza Bustos.



Estampillas de 5 y 20 centavos en homenaje a Javier Pereira, en ese momento el hombre más viejo del mundo con 167 años de edad. Comparte el honor de aparecer en una estampilla estando vivo con el ex presidente Rafael Núñez, la ex Miss Universo Luz Marina Zuluaga, el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y la ex Señorita Colombia Vanessa Alexandra Mendoza Bustos.

Nacido en Tuchín, de orígen zenú, fue descubierto en 1955 en San Pelayo por el periodista Santander Suárez Brango, quien hizo un relato sobre el encuentro con Javier Pereira en su periódico Ecos de Córdoba en marzo de ese año. Cuenta que lo conoció en una finca en Puerto Nuevo, jurisdicción del citado municipio. Lo describió como un personaje de pequeña estatura, facciones indígenas, harapiento y andariego, a quien las gentes de la región conocían como el "Viejo Javie".

Javier Pereira
La noticia corrió como reguero de polvora, y en poco tiempo la prensa, radio y televisión convirtieron a este personaje en noticia mundial. Por cuenta de Avianca viajó primero por toda Colombia, siempre en compañía de su descubridor, cuya fama también creció a la par de la de Javier Pereira.

Al regresar a Montería, Javier Pereira fue alojado en el asilo de ancianos. Entonces ocurrió un evento inusitado, cuando se lo llevaron de la ciudad, sin el conocimiento de Santander Suárez, el periodista paisa Flavio Correa y Douglas Storer, representante de la organización Ripley, la de la publicación "Aunque usted no lo crea". Primero viajaron a Medellín y de allí volaron a Nueva York, en donde fue mostrado al mundo por la prensa y la televisión norteamericanas. Montado en un flamante Rolls Royce y rodeado de policias motorizados, Javier Pereira fue la estrella un día en la Quinta Avenida al recorrerla acompañado del ulular de las sirenas.

Al enterarse Santander Suárez de tal suceso, amenazó con una demanda de 167 millones de dólares, según él un millón por cada año de vida de Javier Pereira. Escribió entonces su célebre editorial "Javier Pereira es mío", que fue reproducido por la mayoría de la prensa nacional. Al final se calmó, cuando Javier Pereira regresó a Colombia.

Pero Santander Suárez también tuvo su cuarto de hora cuando fue invitado a Venezuela en noviembre de 1956, junto a Javier Pereira, para presidir la "Semana del Anciano". Fueron alojados en el Hotel Tamanaco, en donde compartieron, entre otros, con la estrella del cine italiano Gina Lollobrigida y el magnate y playboy dominicano Porfirio Rubirosa.

Hay dos anécdotas que retratan el caracter de Javier Pereira. En sus viajes, cada vez que destelleaba el flash de una cámara fotográfica, le brillaban los ojos con el signo pesos ($) y le gritaba a Santander Suárez: "¡Cobre, nojoda..!". Y en una entrevista de la televisión venezolana, cuando Santander Suárez lo presentaba y decía que: "yo les traigo de Colombia un mensaje, les traigo a Javier Pereira quien acompaño a Bolívar en la campaña enmancipadora de América..", fue interrumpido por éste quien dijo al aire: "¡Así se habla, nojoda!"

Cuando la curiosidad había pasado, Javier Pereira murió en la soledad y pobreza el 30 de marzo de 1958, debido a insuficiencia cardíaca.

LA CIUDAD DE LAS BICICLETAS

Otro motivo de curiosidad en Montería eran los millares de bicicletas que circularon en la ciudad hasta la década de los sesenta. Los principales establecimientos públicos tenían rejillas especiales para su parqueo y eran utilizadas por personas de todas las capas sociales. Se recuerda al ex gobernador Casio Obregón Nieto, quien hasta su muerte utilizó este típico medio de transporte.

Su bajo costo y mantenimiento, y la facilidad de uso y de parqueo, la convirtieron en el medio de transporte ideal. Se decía en esas épocas -para justificar su uso-, que "Montería era muy grande para andar a pie y muy pequeña para andar en carro".


Bicicleta de los años 50s. En esta foto se destacan la parilla, la cartuchera de cuero detrás de la silla, el cubrecadena y el dinamo en la rueda trasera.

Una bicicleta de la época contaba con unos elementos distintivos, como se puede apreciar en la foto de arriba. La silla en cuero, con resortes. Una cartuchera de cuero detrás de la silla, para llevar las herramientas. Los frenos de varillas, en lugar de los modernos de cables. Los guardabarros largos, que contrastan con los pequeños de hoy día, a los que le ponían aletas de caucho para evitar las salpicaduras y pequeños talcos reflectores para el alumbrado pasivo de noche.


Bicicleta de los años 50s. En esta foto se obervan mejor el timbre, la lámpara y el dinamo en la rueda delantera.

También era característico el amplio cubrecadena, que era complementado con una abrazadera de acero o aluminio para ajustar al tobillo la bota del pantalón. La parrilla trasera, que fue el mejor invento para llevar a la novia, o para transportar cualquier cosa, desde cerdos hasta muebles.


Bicicleta de los años 50s. En esta foto son más visibles los resortes debajo de la silla y las varillas de los frenos. La bicleta tiene lámpara y guardabarros largos, pero carece de parilla y cubrecadena.

Otros dos accesorios eran el timbre de mano, que poco se usaba, colocado sobre el manubrio derecho, y la lámpara delantera que funcionaba con energía generada por un dinamo colocado en una de las ruedas, cuyo rotor giraba al presionarlo sobre la llanta en movimiento. El dinamo era necesario para generar la energía de las luces, ya que las pilas no se habían popularizado.


El dinamo era necesario para generar la energía de las luces, ya que las pilas no se habín popularizado.

Un elemento autóctono era el pequeño pellón tejido en hilo, que se hacía para colocarlo en la silla de la bicicleta. Algunos eran de colores suaves, pero otros utilizaban colores chillones que envidiaría un guacamayo. Tenía las funciones de evitar el calentamiento de la silla por el sol, hacer mullido el contacto al sentarse y engallar el caballito de acero para farolear ante las muchachas del barrio.


Una bicleta de la década de los 50s, que a pesar de los años aún se conserva y transita por las calles de Montería. Tiene los característico frenos de varillas y los guardabarros largos, pero además en cada uno de éstos se observan las aletas de caucho para evitar las salpicaduras, con dos pequeños talcos reflectores para el alumbrado pasivo de noche.

La primeras bicicletas eran traídas por piezas en cajas, para luego ser armadas por técnicos criollos en cada ciudad. Su origen fue principalmente Italia e Inglaterra, de donde eran importadas las famosas marcas Bianchi y Raleigh, respectivamente. Posteriormente se fabricaron en el país las populares Monark, y una de ellas, como dato curioso, fue utilizada por el ciclista santandereano Alonso Navas para participar en la vuelta a Colombia de 1951.

LA CIUDAD DE LAS GOLONDRINAS

Montería fue conocida durante muchos años como la "Ciudad de las Golondrinas", por un fenómeno de migración que las congregaba por millares en los alambrados públicos. Al caer la tarde invadían el centro de la ciudad para dormir, causando al principio curiosidad pero convirtiéndose al final en un problema sanitario por la cantidad de excretas que diariamente caían sobre todo lo que estuviera debajo de éllas. Se convirtieron en el terror de los propietarios de automóviles, cuya pintura se derretía ante el poder corrosivo de éstas.



En el 2004 las golondrinas -en menor número- regresaron a la calle 41 de Montería.

Durante este período surgieron innumerables anécdotas sobre la vida de las golondrinas en Montería. Como la de un químico local que mantuvo la expectativa durante mucho tiempo sobre la fabricación de una pomada contra la caída del cabello, con un ingrediente secreto extraído del excremento de estos pájaros.



Nuevamente el "vareo" se puso de moda para espantar a las golondrinas.

Un nuevo oficio surgió para evitar que la golondrinas se posaran en los cables del sector comercial, ya que los clientes evitaban transitar los sectores afectados. Hombres dotados con largas cañas de lata, a las que se ataba un trapo en la punta, vareaban a las antes ilustres visitantes. No se sabe si por esta razón, o por disminución del alimento que buscaban, a finales de los años sesenta , como las carabelas que se fueron para siempre de Cartagena -según el soneto del Tuerto López-, las golondrinas también se marcharon de Montería.

Con el Siglo XXI las golondrinas regresaron a Montería, pero en menor cantidad. Su lugar preferido es la intesercción de la Carrera 2a. con la Calle 41.

HISTORIA DEL JEEP WILLYS


Fotograma de la película Fire Green -Fuego Verde-, en donde se ve un Jeep Willys CJ-2A en una población a orillas del río Magdalena, en Colombia. Esta cinta fue filmada en Colombia en 1954 y protagonizada por Stewart Granger y Grace Kelly.


Fotograma de la película Fire Green -Fuego Verde-, en donde se ve a los protagonistas Stewart Granger y Grace Kelly conversando en un Jeep Willys. Esta cinta fue filmada en Colombia en 1954.

Los primeros Jeep Willys llegaron a Colombia a partir de 1950 por dos vías diferentes. Por un lado, los vehículos utilizados en Europa en la Segunda Guerra Mundial fueron remanufacturados y vendidos a diferentes países latinoamericanos, entre ellos Colombia. Eran modelos militares de 1944 a 1949, de los que llegaron aproximadamente 100 unidades dentro del plan "Alianza para las Américas".

Por el otro lado, la firma "Leonidas Lara e Hijos" abrió la importación directa de de los primeros modelos civiles desde Estados Unidos. Si bien los modelos iniciales del Jeep Willys fueron el CJ-1 y el CJ-2, conocidos como "AgriJeep" y de propósito demostrativo, a Colombia llegaron por Buenaventura 500 unidades de los CJ-2A y CJ-3A, los "Cabeza Bajita", y posteriormente el CJ-3B, "Cabezón" y el CJ-5, "Oreja de Perro". La abreviatura CJ significa "Civilian Jeep".


De izquierda a derecha, estos son los modelos CJ-2A "Cabeza Bajita", CJ-3B "Cabezón" y CJ-5 "Oreja de Perro", de los primeros Jeep Willys para uso civil importados por "Leonidas Lara e Hijos". El otro "Cabeza Bajita" fue el CJ-3A.
[Foto de www.film.queensu.ca/CJ3B]

Posteriormente, gracias al auge del Jeep Willys, la firma "Leonidas Lara e Hijos" se expandió por todo la nación, con sucursales en las principales ciudades. Pero el negocio cambió de la importación y distribución, al ensamblaje de los vehículos en el territorio colombiano. Después de la salida del mercado de Leonidas Lara e Hijos, la firma Wilco [Willys Colombia] produjo hasta 1999 las versiones corta y larga del modelo CJ-3B ["Cabezón"]. El CJ-3B largo sólo se manufacturó fuera de Estados Unidos, siendo el más famoso el "Jeep Avia" español que se vendió como si fuera CJ-6 [la versión larga de USA].


Jeep Willco [Willys Colombia] del modelo CJ-3B largo fabricado en Colombia.
[Foto de www.film.queensu.ca/CJ3B]

Debido a que los cafeteros adoptaron el Jeep Willys como el vehículo más adecuado para las faenas en los territorios quebrados del centro del país, la Caja Agraria y la Federación Nacional de Cafeteros realizaron una importación en los años 60s. Es tanto el fervor de las gentes del Eje Cafetero por el Jeep Willys, que aún se conservan la mayoría de éstos y se realizan festivales en su honor. Como dato curioso, allí es llamado "Yipao". Igualmente, en esa zona al modelo CJ-5 se le llama "Oreja de Perro".


Jeep Willys en un Festival del Yipao en Armenia, en 1996. [Foto de www.film.queensu.ca/CJ3B]

También estuvo en el mercado un modelo importado de la India, conocido como "Mahindra" por el nombre de la fábrica, que eran versiones del CJ-3B fabricados de 1953 a 1964.


Uno de los Jeep fabricados por Mahindra & Mahindra en la India.

Dentro de la producción nacional, se recuerda una versión del CJ-6 bautizada como "Ford Llanero", que fue ensamblada por la Ford Motor Company con permiso de la Willys Motor Inc. Hay que recordar que la Ford fabricó igualmente los Jeep militares durante la Segunda Guerra Mundial bajo licencia de la Willys.


Producción en línea de los Jeep manufacturados por la Ford Motor Corporation con licencia de Willys.

Igual sucedió en el Brasil, cuando la Ford compró la fábrica de Willys el 9 de octubre 1967 y apareció el modelo CJ-5 con la marca Ford Llanero.


Jeep Ford Llanero CJ-5 producido en Brasil. [Foto de www.film.queensu.ca/CJ3B]

En el campo militar, el Jeep Willys prestó invaluables servicios al país. Tanto el Ejército como la Fuerza Aérea tuvieron en sus filas cerca de 300 modelos militares y civiles.


Jeep Willys en ceremonia militar en Medellín en 2004. [Foto de www.willyscolombia.com]

EL JEEP WILLYS EN MONTERÍA

En Montería en los años 50s los automóviles eran escasos y los taxis eran los famosos Jeep Willys. Sus calles sin pavimentar eran poco atractivas para la inversión en los modernos automotores, que ya circulaban en otras capitales de Colombia. El campero -o Jeep, como se arraigó en el decir de las gentes-, fué el modelo escogido por su capacidad de trabajo en caminos difíciles. Posteriormente las marcas Toyota y Nissan llegaron para hacer compañia a los legendarios Willys.

De acuerdo con el testimonio de Augusto "Taquito" Méndez, el primer "Jeep Willys" que vino a tierras del Sinú lo trajó aproximadamente en el año 1946 el señor Francisco García Pimienta, quien hizo el viaje por tierra de Cartagena a Montería.

Igualmente, fue don Augusto "Taco" Méndez Martelo, padre del "Taquito", quien comercializó los primeros "Jeep Willys" en Montería, dentro del plan "Alianza para las Américas". Eran traídos desarmados en cajas desde Cartagena, que se transportaban en las lanchas que remontaban el río Sinú, y luego eran ensamblados en el patio del edificio de la esquina de la Avenida Primera con calle 26.

El primer "Jeep" fue vendido a Maximiliano Méndez Lemaitre, quien puso como condición para su compra si lo llevaba y lo traía de su finca, trabajo que fue fácil de cumplir por un campero que se había batido en los campos de la Segunda Guerra Mundial.


Este es el modelo CJ-1, bautizado como "AgriJeep", el primer Jeep Willys para uso civil que apareció en 1944.

Posteriormente, la firma "Leonidas Lara e Hijos" montó su sucursal en Montería con el nombre de "Agrobesa", ubicada en la esquina de la carrera 3a con calle 32. Los talleres funcionaron en el amplio lote que se encuentra en la esquina de la calle 41 con carrera 4a. Su primer gerente fue don Alberto Castellanos, persona muy apreciada y amigable, que murió en un trágico accidente en la carretera que conduce a Sahagún.


Logotipo de Agrobesa que aún conserva el Jeep de abajo.

Jeep Willys CJ-5 vendido por Agrobesa

El primer vehículo comprado por la Gobernación de Córdoba en 1952, año de su creación, fue un Jeep Willys con placas 0023. Posteriormente las marcas Toyota, en 1959, y Nissan llegaron para hacer compañia a los legendarios Willys.

En la actualidad, todavía se observan viejos Jeep Willys por las calles de Montería.


En la actualidad, todavía se observan viejos Jeep Willys por las calles de Montería.

En las temporada de lluvias, en que los caminos eran poco menos que intransitables, se popularizó el uso de las "cadenas" en las llantas de los camperos para aumentar su tracción. El binomio "doble transmisión" y "llantas encadenadas" hacían posible el milagro de llegar a casa en una noche de tormenta.


La diferencia entre los dos "Cabeza Bajita", el CJ-2A a la izquierda y el CJ-3A, a la derecha, es que el parabrisas del segundo es de una sola pieza.

Los más famosos de los modelos en Córdoba fueron el CJ-2A [1945-1949] y CJ-3A [1949-1953], cuya principal característica era la caperuza de poca altura, por lo que se conocen como "Cabeza Bajita". Igualmente se les reconoce como el "Willys 52", por el año en que llegaron. La diferencia entre los dos "Cabeza Bajita" es que el CJ-2A tenía el parabrisas de dos piezas y el CJ-3A de una sola.

Según las estadísticas de la fábrica de vehículos Willys, del modelo CJ-6 -el de chasis largo- sólo salieron a la calle 50 mil unidades. Y de los "Cabeza Bajita" CJ-2A y CJ-3A se contabilizaron un total de 346 mil. En Córdoba, la mayoría de los Jeeps que aún transitan en buena cantidad como transporte público, son de los largos, tipo CJ-6, pero hay que aclarar que si bien muchos de ellos son auténticos Willys, otro número importante corresponde a la marca Ford Llanero, importados del Brasil.



Este Jeep largo de 1978 que presta sus servicios de transporte en Montería, es un Ford Llanero fabricado e importado de Brasil, como lo muestra la placa que aún conserva.

Por cuenta del escritor cordobés David Sánchez Juliao, el Jeep Willys también aparece en la literatura. Leamos este párrafo de un artículo en el periódico El Espectador:

"Yo empecé. Y le conté, no sin ironía, que cuando en el año 50 llegaron los primeros jeeps al Sinú, había que atravesar no menos de veinte potreros para ir de una población a otra. Entre Montería y Lorica, por ejemplo, los ocupantes de un jeep tenían que bajarse veinte veces de vehículo para abrir las llamadas ¡puerta de golpe! que separaban los potreros. Flojos como eran, los Cabrales entonces, para evitarse el tener que saltar a tierra tantas veces a abrir puertas, optaron por escoger para los viajes en jeep, el puesto de mitad, entre el conductor y el ocupante de la silla delantera derecha. Hay que anotar que ese, el del centro, es el puesto más incómodo en un Willys, pues queda uno con la barra de cambio entre las piernas y las patas de gallina de la doble transmisión a la altura de la espinilla. Pero a los Cabrales poco les importaba aquello, con tal de evitarse la ¡abrida de las puertas!, como dicen allá. Esa es la razón por la cual, aunque se tenga en el Sinú un Toyota, un Mitsubishi, un Nissan o un Lada, el puesto de la mitad, entre el chofer y la silla derecha, se sigue llamando...¡El puesto e los Cabrales!."

PALACIOS DE NAÍN Y DE LA TORRE Y MIRANDA

A la izquierda, foto del Palacio de Naín de 1970, publicada en el libro de geografía de Severo J. García. A la derecha, foto de 2004 en donde los cambios se reducen a la reja metálica que proteje la entrada, la nueva vegetación -un frondoso árbol y una palmera-, y el edificio del hotel Costa Real, que se observa en el fondo.

La creación del departamento de Córdoba derivó en la necesidad de realizar en Montería algunas obras que estuvieran a la altura de la nueva capital. Una de ellas fue el edificio de la Gobernación de Córdoba, bautizado como Palacio de Naín en honor a uno de los más importantes caciques del Imperio Zenú.


Fotografía de la Gobernación de Córdoba publicada en la Guía de Córdoba de Severo J. García de 1956.
No estaba construido el bloque sobre la carrera 4a.


Placa conmemorativa de la inauguración del Palacio de Naín -sede de la Gobernación de Córdoba- en 1956.

La obra fue construida por la firma Seizer & Martelo e inaugurada en el año de 1956 durante la administración de Miguel García Sánchez, segundo gobernador del departamento nombrado en el gobierno dictatorial del general Gustavo Rojas Pinilla.


Fotografía de la Alcaldía de Montería publicada en la Guía de Córdoba de Severo J. García de 1956.

De acuerdo con el testimonio gráfico aparecido en la Guía de Córdoba de Severo J. García de 1956, para esa fecha ya estaba construido el Palacio Antonio De la Torre y Miranda, sede de la Alcaldía de Montería.


Placa conmemorativa de la inauguración del Palacio Municipal Antonio De la Torre y Miranda -sede de la Alcaldía de Montería- en 1956.


Fotografía de la Alcaldía de Montería tomada alrededor de 1944.

UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA


El Rector de la Universidad de Córdoba, Dr. Elías Bechara Zainuúm y el Gobernador del Departamento, Dr. Germán Bula Hoyos -cuarto y quinto en primera fila, de izquierda a derecha- presiden la ceremomia de inicio de clases de la Universidad de Córdoba, en los salones del Colegio Nacional José María Córdoba. [Abril 5 de 1964]

La Universidad de Córdoba inició clases el 6 de abril de 1964 en los salones del Colegio Nacional José María Córdoba. Fue en esa época en se escribió la frase emblema de la universidad: "Se ha encendido una antorcha. Que no se extinga".

Fue la cristalización del sueño de Elías Bechara Zainúm desde la creación del departamento, acompañado de un puñado de quijotes, entre quienes se recuerda a Limberto Sáenz Alarcón, Hernando Rodríguez Romero, Eduardo Blanco Niño, José Londoño, Julio Badel, Orlando Mendoza, Manuel H. Iriarte, José Venancio Palacios, Julio Cervantes Lagares, Leopoldo Martínez Granados, Mario Giraldo, Miguel Fadul, Marcos Díaz Castillo y Rafael Caneda Bossa.


Un grupo de estudiantes recibe clases en los pasillos de la antigua Plaza de Ferias, acondicionados como salones.[1966]

En 1965 se trasladó a las instalaciones de la antigua Plaza de Ferias, en donde se consolidó el futuro del Alma Mater, ya que hasta ese momento la sociedad cordobesa era esceptica sobre los propósitos que animaron a su creación. Como dijo el mismo rector fundador, doctor Elías Bechara Zainúm, "para esa época muchos no creyeron en ella; otros la ignoraban, conociéndola, y los más la señalaron como una aventura"..


El Rector de la Universidad de Córdoba, Dr. Elías Bechara Z., a la izquierda, pronuncia ante el señor Gobernador del Departamento, Dr. Ramón Berrocal Failach y del Canciller de la Diócesis de Montería, Dr. Arnulfo Hernández, el discurso con motivo de la colocación de la primera piedra de los edificios de la Universidad en la finca "Nueva York".[1965]

En ese mismo año el Rector Elías Bechara Z. coloca la primera piedra de los edificios de la Universidad en la finca "Nueva York" y en 1967 se trasladó a estos predios, en donde funciona actualmente.

Las Primeras Semanas Universitarias


Magola Lora, Reina Universitaria 1966

Adelaida Martínez, Reina Universitaria 1967

Los primeros estudiantes de la Universidad de Córdoba celebraron las "Semanas Universitarias", en donde además de los actos culturales y deportivos se realizaba el "Reinado Universitario". La comunidad monteriana recibió entusiasmada esta iniciativa, en donde participaron bellas jóvenes de los diferentes municipios del departamento de Córdoba. Se recuerdan los nombres de Sonia Kerguelén, Magola Lora, Adelaida Martínez, Virginia Calume, Mayito Jiménez, Virginia Calume, Miryam Ferreira, Alicia Burgos y Ana María Hanna, entre otras.

La Reinas de los Universitarios fueron Cecilia Martelo en 1964, Sonia Kerguelén en 1965, Magola Lora en 1966, Adelaida Martínez en 1967 y Miryam Ferreira en 1968.

La Universidad de Córdoba inició labores como una dependencia de la Universidad Nacional de Colombia. Posteriormente, en 1966 se expidió la Ley 37 del 3 de agosto, que le dio a la Universidad de Córdoba el carácter de Entidad Autónoma Descentralizada, regida por el decreto ley 0277 de 1958, que reglamentaba la orientación de las universidades departamentales. Pero solo hasta el mes de mayo de 1970, el Consejo de Estado falló a favor de la creación de la Universidad de Córdoba y le dio vida jurídica. Por ello, la primera ceremonia de grados se realizó en 1971 en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, durante la rectoría de Jorge Ganem Robles.

Fotos de Montería de años 80 del Siglo XX tomadas por el fotógrafo cartagenero Carlos Crismatt Mouthon.
Dar clic para ampliar la imagen y verla con mayor nitidez; y dar clic otra vez para minimizarla..


Montería, Palacio de Naín,sede de la Gobernación de Córdoba, calle 29 entre carreras 2 y 3.

Montería, puente metálico sobre el río Sinú.

Montería, puente de la calle 41.

Montería,avenida 1a con calle 29 esquina.

Montería, avenida 1a con calle 26 esquina.

Montería, edificio diagonal a la Gobernación de Córdoba, esquina carrera 4a con calle 27.

Montería, Palacio Antonio De la Torre y Miranda, en la esquina, sede la Alcaldía de Montería, y Palacio de Naín,sede de la Gobernación de Córdoba, calle 27 entre carreras 3a y 4a.

Montería, Catedral San Jerónimo, carrera 3a entre calles 27 y 28.

Montería, Palacio Antonio De la Torre y Miranda, sede la Alcaldía de Montería, en la esquina de calle 27 y carrera 3a.

Montería, Parque de Bolívar

Montería, Catedral San Jerónimo, carrera 3a entre calles 27 y 28.

Montería, reciclador.

Montería, pasillo del Centro Comercial Alamedas.

Montería, interior de la Catedral San Jerónimo, carrera 3a entre calles 27 y 28..

Montería, Centro Comercial Plaza de la Castellana.

Montería, Parque de Bolívar, esquina de calle 27 entre carreras 3a, y al fondo edificio de la Gobernación de Córdoba, .

Montería, puesto de revistas del "Charles", en los bajos del Hotel Sinú.

Montería, vendedores ambulantes de frutas.

Montería, puente metálico sobre el río Sinú..

Montería, vista de la Catedral San Jerónimo sobre la calle 27 con carrera 3a esquina.

Montería, vista de la cúpula de la Catedral San Jerónimo desde la calle 27.

Montería, vista nocturna del puente de la calle 41.

Montería, bicicleta en "Puerto Platanito", con el río Sinú al fondo.

Montería, Avenida Primera, Ronda del Sinú.

Montería, Avenida Primera, Ronda del Sinú.

Montería, Avenida Primera, Ronda del Sinú.

Montería, Avenida Primera, Ronda del Sinú.

Montería, Avenida Primera, Ronda del Sinú.

Montería, Avenida Primera, Ronda del Sinú.

Montería, Avenida Primera, Ronda del Sinú.

Montería, Avenida Primera, Ronda del Sinú.

Montería, Avenida Primera, bicicleta a orilla del Sinú.

Montería, Avenida Primera, planchón en el río Sinú.

Montería, Avenida Primera, planchón en el río Sinú;.

Montería, Avenida Primera, planchón en el río Sinú.

Montería, Avenida Primera, planchón en el río Sinú.

Montería, Avenida Primera, Ronda del Sinú.

Montería, Avenida Primera, Puerto PLatanito.

Montería, Avenida Primera, Ronda del Sinú.

 

© Carlos Crismatt Mouthon

 


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